Desperté con ella entre mis brazos, la calidez de su piel se sentía muy bien... Demasiado bien como para ser cierto, su rostro estaba iluminado por unos leves rayos de luz que entraban por la ventana, era un sueño... En ese momento recordé aquel sueño de hace unos meses... «Noo, no puede ser ella» pensé mientras se dibujaba una sonrisa en mi rostro «Además, solo fue un sueño, no hay forma de que se haga realidad»
Me levanté y la dejé entre las sábanas, de cierta forma "combinaba" con mi cama, era raro, como si perteneciera allí...
Tomé un baño y me dispuse a revisa mi celular, en eso ella se despertó.¿Qué horas es? - preguntó mientras se estiraba -
Las 8:30 am, todavía es temprano - le digo con una sonrisa - ¿Tienes algo que hacer hoy?
Ahorita en la mañana no - dijo tranquilamente - solo tengo planeado ir a la universidad hoy, ¿Y tú?
Entiendo, pues estaba por ir a trabajar, pero si quieres te puedes quedar durmiendo, dejas las llaves por las flores que están por la puerta.
No como crees, mejor nos vamos juntos - digo algo apenada -
Esas bobadas, usted se puede quedar acá todo lo que quiera, no pasa nada.
No, de todas formas me da pena - dice mientras se levanta -
Bueno, entonces ve a darte un baño y nos vamos - le digo sonriéndole -
Bueno, no me tardo...
Luego de que Verónica se bañara y se arreglara, salimos de la casa...
¿Quieres comer algo? - le pregunto -
La verdad si tengo hambre.
Bueno, entonces sígueme - le digo mientras busco un lugar para desayunar -
¿A donde rayos me llevas? — preguntó al ver que me estaba metiendo en una serie de callejones —
Jaja, tranquila, solo te llevaré al mejor lugar para comer empanadas de esta zona — le digo mientras tomo su mano y le sonrío para tranquilizarla —
¿Y por eso tiene que meterte por acá? — protesta algo asustada —
Ya verás que valdrá la pena, además no te ocurrirá nada, estás conmigo — le respondo —
Eso espero — dice aún asustada —
Mira ya llegamos — le digo señalando un pequeño local en una calle angosta — ven... Buenos días doña María, ¿Como le va?
Oh, Matías, hace días no te veía, ¿Como has estado? — me saluda alegremente la dueña del local —
Muy bien doña María, algo ocupado sí, pero todo bien... ¿Y usted cómo está? ¿Como está Sofía? — le pregunto algo animado —
Estamos bien, ya sabes, trabajando como siempre — dice con su voz dulce y algo cansada — Sofía está bien, va avanzando mucho en sus estudios.
Me alegra señora María, ¿Ya tiene algo hecho? — le pregunté cuando sonó mi estómago —
Claro, tenemos empanadas de carne, pollo, queso, unas de cerdo y tocineta, también hay papas rellenas, aborrajados de maduro...
Me da 2 empanadas de cerdo y tocineta y 1 de queso por favor... ¿Y tu qué quieres Vero? — le pregunté —
Una de pollo y una de carne por favor — dijo algo apenada —
Con mucho gusto — dice amablemente —
Comimos algo rápido ya que estábamos con algo de prisa, cuando ya me disponía a pagar, Verónica pidió el baño prestado y me dijo que la esperara, que no se demoraría... En ese momento la señora María se aproximó a mí..

ESTÁS LEYENDO
Aquello Que Oculta El Dolor
HumorTras ser decepcionado varias veces, Matias un chico promedio decide darle un cambio a su vida y empieza a actuar bajo su propio criterio, convirtiéndose en alguien hasta él mismo desconoce pero lo hace sentir bien en ocasiones... Paralelamente Andre...