29 de julio
"Solo será otro verano normal y corriente". Eso era lo que me repetía mientras cruzábamos la infinita autopista, con el corazón a mil. Me perseguía el presentimiento de que no sería igual, que tendría mil historias y anécdotas a la vuelta a clases.
Al fin y al cabo, los veranos en la adolescencia siempre eran bastante alborotados. Tal vez no como mis refinadas compañeras de clase que iban de casa en casa de playa bebiendo todos los días y poniéndose lo más morenas posible para ser como las chicas americanas.
Mi desconexión con ese ambiente me había hecho rechazarlo por completo. Ahora mis compañías vestían mayormente de negro, con largos delineados y pelo teñido. Casi como vampiros. Por mi parte, no era tan extremista. Estaba experimentando con mi estilo, pero poco más.
Aquella noche llevaba mi vestido celeste de cuadritos blancos, medias de rejilla y botines negros. Por supuesto, mi collar lleno de chapitas no podía faltar. Seguía demasiado nerviosa mientras repasaba las canciones que seguramente escucharía todo el verano en las fiestas.
"¿Qué pasará?"
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Eros: un verano infinito
Teen FictionMe llama tanto la atención. ¿Pero es amor o solo atracción sexual? Este mes de agosto me dará la respuesta.
