Cαpı́tulo 12

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Su mente estaba demasiado ocupada para permitir cualquier sueño esa noche. Vegetta se movió y se dio vuelta en la litera superior, batallando con unos terribles pensamientos de asesinar a Auron o bajar a la litera de su compañero y devastar al chico como si no hubiera un mañana.

Se torturó como nunca antes. Nunca en todo el tiempo que llevaba aquí había tenido sentimientos sexuales por otro hombre sin importar lo frustrado que estuviera. Entonces, ¿Por qué ahora? ¿Era esto sólo la culminación final de su desesperación? ¿Iba a follar con cualquiera ahora mismo y Quackity solo había sido el primer tipo atractivo que había saltado a la vista?

Quizás sí conseguía que Quackity le hiciera una mamada, total el niño ya se la había ofrecido, entonces, la fascinación por él sería el final, junto con su frustración. ¿Estaba seguro que estos sentimientos no corrían un poco más profundo que la lujuria?

Pero Quackity... Podría haberse ofrecido a hacerle una mamada a Vegetta, pero ahora le decía que lo echaba de menos. Esto era preocupante.

No quiso que su compañero de celda tuviera alguna fascinación juvenil con él. No quería hacer nada con Quackity, en absoluto. Entonces, ¿Por qué se sentía constantemente atraído por él como un imán? ¿Por qué había pensado solamente en él durante cada minuto de su aislamiento?

Quackity había tenido razón. Conocía claramente los pensamientos de Vegetta mejor que él mismo.

Recordó esa boca contra la suya otra vez y cómo había rechazado deliberadamente su cara esa tarde. Ahora que conocía el sabor de Quackity, ¿Cómo lo podría rechazar otra vez?

Suspiró fuerte antes de darse cuenta que lo había hecho en voz alta.

— ¿Qué está mal? —La voz de Quackity vino de debajo de él en la oscuridad.

— Nada.

— ¿En qué piensas?

— En nada.

Quackity dejó escapar un gruñido exasperado.

— Eres el tipo más frustrante con el que me he encontrado nunca. Eres frío, distante y actúas como si no tuvieras pinches emociones, pero no me engañas ni por un instante, pendejo. Estás necesitado y desesperado. No es incorrecto admitirlo.

— Cierra la puta boca.

— No. Ven aquí abajo y hazlo tú.

Vegetta casi aguantó su respiración ante el desafío. Durante un momento, vio la escena. Bajando de su litera, empotrando a Quackity en la cama y tomando lo que necesitaba...

Pero luego recordó que Auron había hecho exactamente igual y fue suficiente para reprimir temporalmente las llamas.

— Vege... —Dijo Quackity cuando no contestó, ahora su voz era suave. — Duerme conmigo. Dormí muy bien esa noche cuando me sostuviste entre tus brazos.

Vegetta tragó saliva. La sangre rugió en sus venas. Cuando brincó de la litera, sus piernas se sintieron débiles y no coordinadas.

Tan pronto como retiró las sábanas, Quackity lo alcanzó, acercándole hacia él y Vegetta se recostó con la cabeza en el pecho del menor, escuchando el latido lento y estable de su corazón. Dejó que el sonido llenara su cabeza mientras permanecían inmóviles en la oscuridad y supo que ese sonido nunca lo dejaría por el resto de su vida.

Quackity acarició su cabello.

— ¿Vegetta?

— ¿Qué?

— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —Vegetta se sorprendió por esta pregunta.

El hecho de que Quackity nunca le había preguntado esto o algo más sobre su delito sugería que ya sabía los hechos por alguien más, o tal vez no.

ANĐ SØ IS ŁØVE [V&Q]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora