El día que me dejaron en esta casa fue de celebración para ellos, hubo gritos de bienvenida y regalos de diamantes. Los chicos me mostraron sus construcciones y sus avances por el mundo y yo con una sonrisa y silencio los seguía. Pero yo no celebré hasta el día de lluvia en el que te desenterré.
Mr. Piola nos dejó a cargo de limpiar la casa de invitados aunque no entendía antes porque se refería a plural. Tú te habías ido junto a la tormenta de wither cuando explotó. Pero Mr Piola insistió, y me dijo que pronto recibiría su regalo de bienvenida.
Una semana después pongo mis manos sobre tu cara porque mis ojos están empapados. Sin creérmelo aún, veo que la mitad de tu cuerpo está enterrado bajo la tierra y lodo. Con toda mi fuerza te ayudo a salir de ahí, cargandote en mi espalda y llevándote dentro de la casa, dejando un rastro de agua y lodo por el suelo de madera.
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La última vez que te vi fue cuando caí libre al vacío y tú me observabas desde la seguridad del barco, estirando tu brazo hacia mí y llorando. No tenía elytras para volver y no quería mirar al abismo, así que me grabé tu tristeza en mis ojos hasta que la oscuridad no me dejó ver más.
De ahí no volví a sentir nada más que no fuera un sentimiento. Y la mayor parte del tiempo los únicos sentimientos presentes eran la culpa de dejarte atrás y el aburrimiento por no poder hacer nada más en la caída.
Hasta que la caída se detuvo. Pero no podía percibir nada que no fuera el tacto. Sentí gotas caer por mi rostro, y un par de manos en mis mejillas.
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Te observo desde la entrada de la sala de estar mientras organizas algunos de los cofres.
Sabía que este era el regalo del que hablaba Mr Piola, que ya después él mismo me lo confirmó esa misma noche que te encontré. Yo estaba muy feliz de tenerte de vuelta, justo como siempre debió ser. Pero algo no cuadraba.
Siempre has sido de cariño pero no a este nivel, antes era una sonrisa pero nunca un abrazo. Cuando me das la bienvenida después de una tarde en las minas has estado recibiendome con una amplia sonrisa y un abrazo que cada día dura un segundo más.
Cada que salimos te pegas a mi lado y cargas bloques de más por si acaso hay una caída grande. Otro detalle es que siempre todo tiene que estar iluminado, cada cueva o camino que te cruces debe de tener una antorcha.
Antes de dormir te niegas a apagar hasta las lámparas de la habitación. Hubo una vez que bajé a la cocina con las luces apagadas y te escuché gritar mi nombre en pánico desde las escaleras. Yo corrí de vuelta y te sostuve en mis brazos tanto como tú me cubrías con los tuyos.
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No eres el killer que dejé en ese barco en el end. Pero ustedes se parecen en muchas cosas.
Tus comentarios y tu estilo para construir se mantienen igual, pero al verte sentía que no eras tú. Lo cual era estupido, actúas y piensas como siempre lo has hecho, tal vez es la forma en que actúas conmigo, como pones tu mano sobre la mía cada que tienes la oportunidad de hacerlo, o como te pones nervioso y miras la ventana cuando hay fuertes tormentas.
No lo dices pero tienes cuidado de no alejarte mucho de la casa a no ser que vayamos juntos. Y cuando ese extraño dios viene a visitarnos con sus castigos siempre te pones en medio pero nunca le alzas la voz y accedes a todo lo que pide sin piar. Solo una vez reaccionaste, y fue cuando me encogió; tú gritaste, creyendo que me tragaba la tierra, Mr Piola tuvo que encogerte también para acompañarme durante el castigo.
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Observamos después de un largo día el atardecer desde el porche de la casa. El cielo de colores naranjas y morados con sus nubes rosadas viajando y el sonido de los grillos y cigarras escondidos en el pasto que nos acompaña. Estamos sentados en las escaleras que dan a la entrada principal y tu murciélago sigue durmiendo boca abajo en las ramas de los árboles.
Me cuentas la historia de cómo lo encontraste y como quieres que consigamos uno para mi también. Yo me río y te digo que me parece bien, será otra tarea a la lista.
Las ráfagas de aire se vuelven más frías y me acerco a ti esperando que no te des cuenta. Pero pones tu brazo por encima de mis hombros, acercándome aún más.
Ambos nos miramos, nuestros rostros demasiado cerca para percibir la honestidad de nuestros gestos. Los dos buscamos a alguien en los ojos del otro que ya no está, pero está bien. Pongo mi mano sobre la tuya y te doy un beso que a los segundos correspondes.
¿Sabes? Al final no preguntaré de dónde vienes, y tú tampoco deberías.
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En ocasiones me pongo a pensar sobre ti ¿qué pasó contigo cuando te dejé en ese barco? ¿Volviste a casa? ¿Me odiaste por no morir así? ¿lloraste? ¿Cuánto tiempo te abandoné? ¿Me perdonarías por amarte ahora aunque no seas tú? Se por seguro que no había forma de que sobrevivieras en ese mundo, su propósito es de matar a todos los que vivan en él.
Ahora dormimos en la misma cama, con una pequeña luz a un lado del cofre para iluminar el suelo y la ventana abierta para escuchar los grillos y ver la luna cuando despierto. Tu cabeza sobre mi pecho y mis brazos abrazándote. Y despertamos con besos en la mejilla y susurros de palabras suaves e ideas de qué desayunar.
Nunca podré callar estas preguntas o si algún día conseguiré respuestas a ellas, pero puedo empujarlas para hacer espacio en mi mente para nuestra nueva vida.
No se como llegué aquí o de donde vienes, o quién eres, pero tus besos no han cambiado en todas tus vidas.
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KR Oneshot- Kiss like real people do.
FanfictionInspirado en la canción Kiss like real people do de Hozier. Killer llega piolacraft pero Rich muere en el encuentro con la wither storm, Mr Piola le da un regalo de bienvenida. Extraido de ao3.