Capítulo 19

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Sangre Pura. 
Yan_skyblue. 

Capítulo 19.

Es difícil saber cuándo comienza un amor; menos difícil es saber que ha comenzado.

-Henry Longfellow Wadsworth.

Las hojas de los árboles ceden ante el viento que las arrastra con él hacia su muerte inminente, el mundo estaba cambiando, los sentimientos madurando, los corazones uniéndose en un lazo invisible y los rumores de guerra se extendían por todo Transilvania llenando de miedo un pueblo ya aterrorizado causando que miles decidieran moverse hasta la capital buscando protección de su rey quien poco o nada hacía por un pueblo en agonía. 

Junto a Romina, Ruxandra aprendía el arte de la espada, a pelear con su cuerpo y a conocer las debilidades de los de su propia raza, toda la información que le fue negada por ser solo un monigote que debía verse hermosa para los altos mandos vampíricos. Ahora ella se fortalecía a punta de golpes, cortes, sangre y caídas.  Artur clavaba las uñas en el sofá cada que ella caía al suelo, cada que su piel nevada se lastimaba, cada que sentía corría peligro sus instintos le gritaban ir por ella, cuidarla con su vida; sentimiento que dolía y ardía en lo profundo de sus entrañas a tal punto que solo el hecho de escuchar a su madre gritarle o tocarla deseaba asesinarla, era ridículo cuán extremos eran sus instintos por ella, porque, ¿eran sólo instintos? Con esta pregunta se libró una batalla interior que terminaría por hacerlo ceder en lo que creyó imposible, sus muros terminaron por derrumbarse por completo volviéndolo ya no un mar tempestuoso de dudas si no uno calmo y sereno. 

Ruxandra al contrario, parecía que se alejaba más de él, que su interior se congelaba junto con la estación, porque el temido invierno estaba tocando su puerta gritando que el tiempo se les acababa y debían actuar rápido. 

Hoy, bajo la luz de algunas velas se limpiaba el rostro pensando en que pronto tendría que asesinar al único familiar que le quedaba, Kinga representaba en su corazón el último vestigio que unía su vida a este mundo, cuando ella no existiera… cuando Vasil igual se desvaneciera, ella los seguiría para librar al mundo y liberar a Artur de su atadura, pensaba entre tristezas envueltas en suspiros que cuando fuera libre podría volver a amar a alguien que lo mereciera, una mujer pura y completa. 

La puerta se abrió despacio, el hombre rondando los pensamientos de aquella mujer marcada por las desgracias entró cauteloso, se detuvo tras ella tratando de encontrar palabras qué decir, pero estaba en completo trance viendo su cabello enredado y sintiendo el olor embriagantes que le llenaba más allá de sus fosas nasales, le llenaba el alma. 

Tomó el cepillo, con una delicadeza que no recordaba desde aquellos años en que se encargaba de su hermana menor comenzó a peinar las hebras oscuras, Ruxandra se tensó al principio aunque poco a poco las caricias le hipnotizaron y cerró sus ojos ya no perdida entre pensamientos de muerte si no en una lucha interior de amor o libertad. 

—Gracias— susurró apacible. 

Él no contestó, sólo amarró el cabello con una tira acariciándolo por última vez sintiéndose vacío por dejarlo ir. 

—Artur — se giró para verlo a la cara, lo que diría es lo que terminaría de zanjar esa separación que venía trabajando desde hacía tiempo, cuando se dio cuenta que él no podría amarle y ella no podría ofrecerle más que un corazón marchito —... cuando terminemos con ello, por favor — miró los ojos oscuros por la noche apenas iluminados en luz de vela —, por favor matame — dijo con total convicción —. Mátame para que puedas ser feliz.  

Él tomó asiento en la cama, la miró fijo sin emitir palabra alguna por eternos segundos que le estaban matando, sentía una opresión crecer desde su estómago hasta la garganta. 

Sangre Pura (historia Original Corta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora