El llanto de un ángel

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El llanto de un ángel

La muerte le susurró al oído, prometiendo paz eterna, tentándola a la perdición mientras su corazón sangraba y gritaba de dolor.

El cielo se quebrantó y ella sus oídos tapó intentando dejar de escuchar el llanto desgarrador de los ángeles prendidos a sus pies procurando detener la desgracia apunto de suceder. Pero era imposible detener a alguien tan destruido como ella, era imposible hacer que su corazón dejara de sangrar y que su alma dejara de gritar rogando que el dolor se detuviera.

Entonces, la perdieron, perdieron un alma pura más que se entregó por voluntad propia y se fundió en los ojos y la esencia de la muerte, con las lágrimas inundando sus ojos y una pequeña sonrisa ocupando sus labios, lo había encontrado, encontró esa paz que tanto quería. Pero a su paso un joven quedó arrodillado, desmoronado gritando su nombre mientras abrazaba su cuerpo de forma desgarradora, deseando que regresara, deseando haberlo notado. Ya era tarde, el cuerpo de su amada estaba tendido en sus brazos, bañado en sangre, y apesar de repetir su nombre, rogarle a Dios, a la muerte, a la vida y a sí mismo, ella jamás volvió. Pero él siempre dejaba una rosa en su tumba para luego susurrar el más puro te amo que los dioses, los demonios y la faz de la tierra alguna vez han escuchado. 

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