El Diario De Un Hendrix

Capítulo 30

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Narrado

Isabella tenía un límite muy marcado en su mente e interior y se lo mostraba a Erika cuando sentía que sus labios descendían por ella, muchas veces la asustó pero rápidamente le explicaba que no quería sobre pasarse y que el momento indicado llegaría algún día y ese día llegó un viernes, cuando Isabella iba saliendo de la casa pero la voz de Arianna la detuvo.

Arianna- Hey ¿A dónde vas?- Preguntó extrañada por que no le había dicho nada.

Isabella- Iré a recoger a Erika al cole y luego a su casa para quedarme este fin de semana, cualquier cosa vengo en la tarde por la ropa-

Arianna- Mmm Ya- Respondió seria.

Isabella- Hablé con Meg y Rafael, y juraba que te había dicho. Perdón- Le dijo acercándose a ella- ¿Abrazo?- Preguntó con una sonrisa tímida antes de llegar a la puerta.

Arianna- Ok-

E Isabella corto la distancia para envolverla en sus brazos, extendió sus alas y la cubrió a los costados con ellas, ya se le había echo costumbre hacerlo en forma de protección.

Arianna- Cuidate- Dijo antes de que terminará el abrazo.

Isabella- Esta bien, ahora más tarde vengo- Respondió dejando un pequeño beso en la frente de la mayor y saliendo de la casa por arriba del portón.

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Había pasado una hora desde que Isabella estaba arrecostada al barandal al frente del portón colegial, con sus alas extendidas e imponentes, cruzada de brazos y escuchando música, quería un poco de tiempo para pensar en que hacer, pero a la vez sabía que si lo hacía de esa forma terminaría convenciendose a si misma de no hacer nada, así que sólo se limitó a escuchar las exquisitas notas de voz de Adele en sus oídos. Eso hasta que unos delgados brazos la atraparon por la cintura y al mirar un poco hacia abajo se topó con los ojos cafés pardo de Erika y su sonrisa burlona por tener sus alas abiertas a los 4 vientos. La mayor se limitó a quitar sus audífonos y abrazar de vuelta a la joven, dejando un beso en la comisura de los rosados labios de esta, tomandola por sorpresa. Varios compañeros de clase les chiflaron al verlas agarradas de la mano camino a casa de la menor, pero ellas sólo siguieron su camino con risas y burlas.
Isabella había guardado sus otros brazos, como le llamaba a su alas, pues ya habían llegado a la casa de la menor.
Is le quitó el abrigo a Eri cuando cerraron la puerta, luego ella se quitó el suyo y camino detrás de la pelinegra hacia la cocina en donde la abrazo por la cintura y colocó su barbilla en medio del hombro y cuello de Erika, sintiendo como esta se estremecia levemente.

Isabella- ¿Tienes frío?- Preguntó con una risita burlona.

Erika- Tus..tus manos están algo frías- Dijo con un pequeño suspiro de intermedio mientras ponía sus manos encima de las de la mayor debajo de su camisa.

Isabella- Y tu estas cálida-

Erika- Se supone que la chimenea andante eres tú- Y se dio la vuelta sintiendo como las grandes manos de la joven le recorrían la cintura con suavidad y firmeza.