Capitulo 2 "Las puertas del infierno"

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Las puertas del infierno.


Desperté.  Estaba varado sobre un sendero, la tierra era estéril, las plantas estaban secas, había un fuerte aire caliente, espeso y seco. El cielo estaba rodeado por tinieblas, había relámpagos y   truenos. Del cielo caían cenizas y se escuchaban lamentos.


A lo lejos del sendero se veía una gran muralla, su altura y anchura no tenían fin. La muralla tenía una enorme puerta de fuego custodiada por dos grandes demonios de piedra. 


De pronto pude sentir un leve dolor que provenía de mis brazos, intente obsérvalos pero no podía bajar la mirada, algo lo impedía. El dolor se hacía más fuerte y profundo, sentía como diferentes partes de mi brazo se abrían dejando salir mi sangre proyectada. Intente de nuevo mirar mis brazos y esta vez nada me detuvo, los  observe, sentía agonía y un profundo dolor insoportable, mi piel estaba abierta y salía sangre proyectada en gran cantidad. Mi cuerpo experimento agonía, dolor, miedo, odio, pánico, rencor y tristeza a la misma vez. 


Escuche una voz femenina detrás de mí. 


- ¡Hey tú! ¡Hey tú!


No podía voltear hacia tras.


-¿Cómo se siente experimentar un desamor? ¿No se ha de sentir agradable cierto? Me das lastima ¡Mírate!- Exclamo la voz.


Escuche otra voz dirigiéndose a mí.


- ¡Hola! ¿Reconoces  mi voz? ¡Soy una darks! Te había dicho que no te cortaras de nuevo, ¿Por qué te cortaste? Espera, no puedes moverte ni siquiera hablar, lo siento. Espero no te hayan sido infiel otra vez como yo lo hice. 


Otra voz se dirigió a mí.


- ¡Hola mejor amigo! ¿Cómo te ha ido? Tanto tiempo sin vernos, ¿Has tenido otra mejor amiga mejor que yo? Alguien me dijo que lamentas mucho nuestra separación, ¿Es eso cierto? ¡Mírate! Recuerdo cuando te contaba mis problemas y las ganas de suicidarme y tú me aconsejas disfrutar más mis días y que el suicidio no era la repuesta a mis problemas, pero, ahora es tu quien realmente lo llevó acabo, ¿No te avergüenzas?


Caminaba alguien hacia mí, estaba completamente cubierto de una manta color azul, camino lentamente asta pararse frente a mí y se quitó la manta de encima, cuando mire su rostro quede muy impactado y sorprendido, reconocí su rostro al instante, era la chica que conocí en un lugar muy peculiar y con solo una corta conversación, la chica que influyo mucho en mí, la que cambio mis formas, la que me hiso ver que iba por el mal camino y que me subió mi autoestima, tomo mi rostro y con una gran sonrisa me dijo:


-Hola, me da mucho gusto verte, tanto tiempo sin vernos, como me gustaría que pudieras hablar pero te condenaste a esto desde el momento que tomaste aquella navaja y le diste autoridad de matarte. 


Ella volteo señalando a la gran muralla diciendo:


-Una vez cruces esa enorme muralla tu vida estará perdida y serás preso de tus pecados, tu boca quedara sellada eternamente y será en vano todo el esfuerzo que hagas pidiendo ayuda y suplicando perdón.


Ella tomo mis brazos delicadamente y pude sentir calidez en sus manos y me dijo muy optimista:


Pero en estos momentos eres muy afortunado porque aún no estás ahí y debes agradecer por eso.  Esas voces que te hablan solo son la voz que silenciaste a causa de tus acciones – Señalo con su dedo índice a las ilusiones que estaban a su alrededor – ¿Y sabes quién te hizo llevar a cabo esas acciones? Quien tú creías que te había abandonado, Jehová nuestro Dios fue quien tomo control de ti y alejo todo aquello que no necesitabas más.


La sangre salía cada vez menos de mis brazos, todas las emociones y sentimientos que me invadían se iban desapareciendo lentamente y mi corazón comenzaba a latir, cada latido me hacía sentir más vivo que nunca, ella coloco su mano sobre mi pecho del lado de mi corazón y me dijo con una gran sonrisa:


-Dios tiene algo planeado para ti, él te eligió para llevar acabo sus motivos, has dejado en la tierra la razón que tanto le pedías y estoy aquí para ayudarte, ahora es momento de que regreses donde perteneces, Dios te está dando una segunda oportunidad y nunca lo olvides "Dios tiene sus manos puesta sobre ti".


Ella por medio del poder de Dios coloco sus manos sobre mi cabeza y quede inclinado ante ella, comencé a tener un leve mareo, escuchaba fuertes voces diciendo "Lo estamos perdiendo", sentía leves toques de electricidad en todo mi pecho, la sangre en mis brazos era limpiada y volvía a salir, era algo repetitivo, miraba el rostro de ella mientras azotaba contra el suelo estéril y desmaye al instante.


Una segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora