Toda la Torre Koi tiembla ante el estruendo de una explosión. Jin Ling se tensa de golpe y el niño entre sus brazos levanta la cabeza, los grandes ojos castaños de pronto aterrorizados. El pequeño Jin GuangYao busca la mirada de su sobrino mientras se agarra a sus túnicas, tembloroso por el miedo que sigue agitándole incluso después de las últimas horas.
-¿A-Cheng?
-ChiFeng-Zun y ZeWu-Jun están con él, está a salvo -contesta Jin RuLan, la voz lo más firme y lo más segura de sí misma que puede conseguir en esta situación y más después del día de mierda que llevan. No funciona, y su duda se ve reflejada en los ojos del pequeño Jin GuangYao-. Aun así... creo que iré a revisar que todo esté en orden.
El joven heredero Jin se pone en pie después de dejar al niño en la cama y rebusca entre su ropa algo mínimamente decente para no correr por toda la Torre Koi en túnicas interiores. Una nueva explosión hace temblar todo el edificio de los pies a la cabeza y Jin RuLan suelta el conjunto que tiene en la mano para coger su espada. Están en peligro... su jiujiu podría estar en peligro. ¿Qué pasa si son los detractores de su shushu, que han planeado un nuevo ataque? Al adolescente se le encoge el estómago de miedo, por mucho que sepa que el pequeño Jiang Cheng está en las mejores manos posibles. Quizá sería más sabio esconderse y no darle una nueva preocupación a ZeWu-Jun y ChiFeng-Zun, sí, pero no puede. No puede dejar a su jiujiu, y menos después de lo que ha pasado.
-Voy... Voy contigo... -dice el niño, que está aterrorizado y tiembla de la cabeza a los pies cuando se baja de la cama.
-¡No! -exclama Jin Ling, volviéndose en redondo hacia el pequeño Jin GuangYao, que se abraza a una almohada al borde del llanto, pero intenta hacerse el valiente. Fuera, a lo lejos, se oyen gritos. Una escaramuza-. ¡Tú te quedas aquí! Vas a esconderte y no salir hasta que vuelva.
-¡Pero A-Cheng...!
-A-Cheng está bien, te lo prometo. -Jin Ling intenta suavizar la voz para tranquilizar al niño, poner las cosas fáciles-. Está con...
-¡No lo sabes!
-Por eso voy a investigarlo, A-Yao, pero entiéndeme -vuelve a intentarlo mientras se agacha frente a su shushu, por mucho que él también esté temblando de miedo-, no puedo ponerte en peligro. Necesito que me ayudes. ¿Lo harás?
El niño parece dudar un instante mientras se aferra con fuerza a esa almohada —que es casi más grande que él— como si se tratase de un escudo protector infalible. Al cabo tan solo de un instante lo entiende y acaba por asentir y Jin Ling, tras agradecérselo, sale corriendo de la habitación.
Una pena que Jin GuangYao cambie de idea cuando, al quedarse solo, el miedo le inunde y le ponga a actuar sin pensar. Medio minuto después, echa a correr tras él. Viendo que es imposible mantenerle alejado del conflicto, no cuando es A-Cheng quién podría hallarse en el ojo del huracán, Jin RuLan se prepara mentalmente para protegerlo como sea.
El estruendo tiene un foco concreto, y a Jin Ling, que ha pasado la mitad de la vida correteando por aquellos pasillos y jugando con Hada cuando ninguno de sus tíos estaba disponible, no le cuesta nada localizarlo. Tampoco a Jin GuangYao, cuya memoria muscular y cuyo instinto siguen ahí, pulsando por debajo de la maldición y del agotamiento que esta provoca. Toda la algarabía viene del Salón del Encanto. Imprudente, Jin RuLan corre directo cuando escucha el chillido agudo de un niño. No necesita mirar hacia atrás para saber que el pequeño Jin GuangYao está tan pálido como él. Tío y sobrino entran a la carrera justo cuando Lan XiChen coge a Jiang Cheng como un fardo —no puede permitirse el lujo de la delicadeza en plena batalla— bajo su brazo. Blande a Shuoyue, afilada y mortífera, en la otra mano.
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Childish [Mo Dao Zu Shi Fanfic]
FanfictionSi hay algo que Jiang Cheng admira de Jin GuangYao, es su capacidad como gestor y organizador de eventos. Durante la Conferencia de Discusión en la Torre Koi, nada debería salir mal. En esa cacería nocturna planeada para que los jóvenes maestros de...