Iván se ha caído y se ha hecho una herida en la pierna. Sus amigos se asoman rápidamente al agujero temiendo por él. Parece no estar muy hondo el agujero, pero a penas se ve nada por la oscuridad.
- ¡Iván! ¿Estás bien? -pregunta Carina asustada.
- Me he caído, ¿no lo habéis visto? Claro que no estoy bien, me he dado en el pie con una roca -responde Iván quejándose, tiene el pie muy rojo y con una herida un poco fea. A penas lo puede mover y hace una mueca de dolor.
- Ya te sacamos de ahí, princesita -bromea Beatrice y todos sonríen menos Iván.
- Muy graciosa -murmura.
- Estira el brazo, a ver si te alcanzo -le dice Adriano alargando su brazo.
Iván estira el brazo cuando se da cuenta de algo bastante impactante. Así que deja de estirarlo y trata de ponerse en pie.
- Iván, pero estira el brazo -lo sermonea Adriano.
- No, espera, hay una puerta... -Iván trata de levantarse, pero no puede y suelta un gemido de dolor- Hay un cartel viejo en el suelo -trata de estirarse para tomarlo en sus manos.
- ¿Qué dice? -pregunta Carina asomándose más.
- "Sede centrale".
- ¡Has encontrado el cuartel! -exclama Beatrice emocionada- Tenemos bajar todos ahí abajo, con cuidado.
- Esperad y me echo a un lado -dice Iván y se aparta del agujero en forma de rampa.
Todos se tiran uno detrás de otro por el agujero como pueden, y llegan hasta donde está Iván. Se ensucian un poco la ropa por la tierra. Pero eso no es lo importante.
- ¡Aaaa! -grita Iván cuando Carina cae sobre él.
- Ay no te quejes, haberte apartado -exclama ella y se levanta para inspeccionar el lugar.
Es bastante amplio para que quepan los cinco de pie. Es como una cueva, y tiene mucho polvo (de hecho se oye como tose Adriano varias veces) y hiedra por el suelo.
Beatrice enciende una linterna, haciendo que Dante y Carina hagan una mueca por la luminosidad.- Pues sí que estaba bien resguardado este cuartel -comenta Dante apartando una telaraña de su cara.
- ¿Y si tratamos de abrir la puerta? -pregunta Adriano señalando una puerta gris de metal como si fuera de un búnker. Mientras se limpia la ropa de la tierra.
- Es cierto, intentaremos abrirla -dice Carina decidida y se acerca a esta. Se quita el sombrero de bruja y lo echa a un lado.
Beatrice se acerca a Iván- ¿Puedes levantarte? -se preocupa Beatrice y él niega con la cabeza. Así que ella suspira y le tiende una mano.
- Esta puerta está muy dura -se queja Adriano tratando de abrir la puerta.
- Lo haremos juntos -piensa Carina, refiriéndose a Dante, Adriano y ella.
A empujones y patadas consiguen abrir la puerta. Hace un sonido chirriante y no se ve nada por la oscuridad. Beatrice, que agarra a Iván para que se apoye en ella le pasa la linterna a Carina. Ella la atrapa en el aire y enfoca hacia el interior.
El cuartel en verdad es como un búnker. No tiene ninguna ventana por estar bajo tierra y hace un olor muy fuerte a humedad y a cerrado. Se observa un pasillo muy amplio de baldosas grises, a ambos lados hay muchas puertas.
- ¿Buscamos el interruptor? -pregunta Dante y cuando asienten, lo acompaña Carina con la linterna. Ven el cuadrado de cables y alzan una palanca.
Las luces tardan mucho en encenderse y cuando lo hacen parpadean mucho por ser muy viejas.
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Encerrados
ParanormalCarina e Iván son dos hermanos que por sus padres se han tenido que mudar a un pueblo en Italia. Parece un pueblo normal y corriente, pero esconde más secretos de lo que creían. Hacen nuevos amigos, consiguen una vida normal... Pero les cuentan unas...