Capítulo 4

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GALEN MIRA por el espejo retrovisor a Rayna y Toraf, sentados en el asiento trasero; están apoyados el uno contra la otra por las sienes, profundamente dormidos. Debe ser agradable.

Pero aunque Galen no tuviera que conducir, no estaría durmiendo, no con Grom aquí.

Grom, vestido con ropas humanas. Grom, con el cinturón abrochado en una todoterreno.

Grom, que inclina la cabeza ligeramente en dirección al parlante de su puerta, intentando escuchar la música humana sin parecer demasiado interesado.

Grom, quien no ha dicho una palabra desde que dejaron la casa de Emma.

-Cree que estás muerto -le dice Galen a su hermano, sin mirarlo-. Cree que te mató. ¿Por qué creería eso? -Por el rabillo del ojo, ve que Grom lo mira. Aun así, no se espera que su hermano conteste de verdad.

-Probablemente se culpa a sí misma, por la explosión.

-Entonces ¿vino a tierra por un cargo de consciencia?

-Siempre cargaba con la culpa de cosas que no le correspondían. -Entonces, su hermano de verdad sonríe-. Eso sí, la mayoría de las cosas sí eran su culpa, pero incluso cuando no lo eran, quería cargar ella sola con las consecuencias. -Después de un momento, dice-: Me hubiera encantado verla atando a Rayna. Cuando se empecinaba en algo, muy pocas cosas se podían interponer en su camino.

Esto toma a Galen por sorpresa. Hasta ahora, Grom siempre le ha parecido... bueno, anticuado. No es que su hermano haya tenido opción: siempre estuvo destinado a emparejar con la primogénita de tercera generación de la casa Poseidón, lo que no significaba que tuviera que disfrutar su unión con Nalia; pero por cómo se ven las cosas, estaba bastante enamorado. Lo que no suena para nada al Grom que Galen conoce. La mayoría de los machos Syrena selecciona hembras dóciles para que sean sus parejas. Tal parece que el noble Grom se había enamorado de alguien todo lo contrario. Nalia es la definición de luchadora, y si es siquiera una fracción de lo luchadora que es Emma, entonces Grom estuvo bastante ocupado hace todos esos años. Y, aparentemente, le gustó. Únete al club, como dice Rachel.

-¿La explosión fue su culpa? -dice Galen, como una idea tardía. Lamenta la pregunta tan pronto la hace, pero Grom no parece afectado.

-Oh, estoy seguro de que ella lo cree así, pero fue mi culpa. Sólo mi culpa. -Su hermano se ríe, una ráfaga aguda que suena más como asco que humor-. ¿Sabes cuál es la ironía de todo esto, hermanito? La razón de que estuviéramos discutiendo ese día fue que ella quería explorar tierra. Sentía fascinación por los humanos, y tan pronto se abrió conmigo en cuanto a eso, me hice cargo de aplastar sus sueños. Para protegerla.

El silencio que sigue está cargado del ruido del pasado, lleno de recuerdos que pertenecen únicamente a Grom y a Nalia. Su último día juntos, sus últimas palabras, la explosión. Para Galen es obvio que su hermano está reviviendo esas emociones, que sigue reteniendo los detalles en su interior, donde los ha mantenido todos estos años. Se siente como ver un naufragio desde lejos a través de agua turbia: el contorno es visible, el daño es visible, pero los detalles sobre cómo se hundió, cómo llegó al fondo del océano, siguen siendo desconocidos para todos, excepto para aquellos que lo experimentaron.

Y entonces, Grom limpia de golpe lo turbio del agua. -Me negué a explorar tierra con ella. Pero no me detuve ahí, también le prohibí seguir haciéndolo.

-¿Seguir?

-Había estado guardando ropa humana en una isla cercana a tierra firme. Se vestía en la isla y luego iba en un bote a remos a tierra firme y caminaba entre los humanos. Incluso le llevaba cosas a Madre, para su colección de reliquias humanas.

Of Triton-Anna BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora