¿Nos Conocemos?

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Un hombre de estatura promedio y cabello castaño claro amarrado en una cola de caballo, con dos cuernitos del mismo que le hacían destacar había entrado en el aula en dirección al escritorio para dejar su portafolio sobre este.

Todos le miraban con sumo cuidado, todos excepto Tom, quien por el momento solo se centraba en ese par de pectorales remarcado por medio de esa blanca camiseta mangalarga que llevaba puesta.

Retiro la mirada en el momento en que sintió como su amigo le picaba el brazo para llamar su atención.

¿Que es lo que quieres?—
Volteo con molestia, aunque luego de darse cuenta de que era lo que veía carraspeo.
Ay Tom, en fin ¿te diste cuenta?—
Hablo el pelinaranjo con picardía.

Darme cuenta ¿de que?—
Miro de reojo como el mayor acomodaba sus cosas.
—Los botones de su camiseta están que salen volando—
Le susurro el pecoso, pues no querían que les oyeran.

Cuando Thomas estuvo a punto de contestar la voz masculina del frente procedió a hablar.
¿Quieren contarnos de que es lo que están hablando?—
Eso hizo que Heagraves se pusiera nervioso, no quería que el profesor escuchara lo que había dicho.

—Uhm, pues si.—
Tom sin darle importancia a que era lo que hablaban anteriormente se invento alguna otra cosa más.

El mayor rió un poco ya que la improvisación del pelo piña se había escuchado convincente, pero no lo suficiente.
En fin, siguiendo con la clase—
El mayor tomo el gis del pizarrón y escribió su nombre en el mismo.

Soy el señor Larsson, y como ya sabrán seré su nuevo Docente en idioma.—
Su acento noruego se hacía notar demasiado.
A Thomas le sorprendía el buen humor que tenía el mayor y que hasta el momento le hubiera caído bien.

Aunque ese hombre tenía algo, Tom ya sentía que lo conocía con anterioridad. Estaba dispuesto a preguntar y si en todo caso no era así se encargaría de encontrar una manera de saber el porqué se le hacia familiar el rostro de ese tipo.

Al terminar la clase Thomas se levantó de su asiento dispuesto a recoger sus útiles y acercarse a su docente con fines de aclarar su mente.

Camino hacia el escritorio del mayor quedándose frente a él mientras esperaba poder llamar un poco su atención, pero al ver que estaba tan concentrado tecleando en la computadora casi se daba por vencido.

Señor Larsson—
Espero con paciencia. El mayor levantó la mirada y después de sonreírle a Thomas se le paro el corazón.
Digame, joven Ridgewell ¿que se le ofrece?—

—¿de casualidad no nos conocemos de antes? ¿Unos tres o cuatro años?—
Estaba que se moría por la duda. El mayor lo pensó, como si tratara de rememorar algún recuerdo.
No, disculpa, es la primera vez que veo tu rostro.—

—No se preocupe, de seguro fue una confusión—
No lo era, estaba seguro de que lo conocia.
Esta bien, querido.—

Algo decepcionado agradeció por el tiempo prestado y posterior a ello salió fuera del salón donde su buen amigo pelinaranjo le estaba esperando.

¿Enserio creíste conocer a Larsson?—
Exclamó burlesco el pecoso, palmeando el hombro del castaño.
No es que crea, yo se muy bien que hable con el en otra ocasión.—


Matthew reconocía esa mirada, Tom estaba apunto de volverse la persona más irritante y acosadora de todo el sistema solar.

Solo te pido que tengas cuidado con lo que haces—
Exclamó casi rogándole al británico.
No te preocupes, se muy bien que es lo que tengo que hacer.—

¡Eh Ahí, Un Lindo Profesor! [TomTord] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora