Rafe era un consagrado jugador de fútbol, millonario e indisciplinado, adorado por los chicos y envidiado por los grandes, hasta que conoció a la chica que salvaría su vida.
Años más tarde, cuando la esperanza por encontrarla era casi nula, el ciel...
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Los medios ya me han descubierto; bueno, es lógico ya que Rafe y yo no nos ocultamos mucho desde que decidimos que las cosas "fluyeran" naturalmente.
Hemos salido a cenar al restaurante de un amigo suyo y los flashes de los curiosos no tardaron en captar nuestra velada; los fanáticos se acercaban a cada minuto a pedir una fotografía que él nunca se negó a dar.
―Discúlpame, pero ahora estoy cenando con mi novia. Regresa en unos minutos, ¿vale? ―le dijo a un hombre desesperado por tener su autógrafo, quien entendió y aceptó el trato.
Y por supuesto, volvió a la media hora.
También estuvimos caminando en la playa y por el centro comercial., tomados de la mano, a los arrumacos y sonrisas tontas.
Era solo cuestión de tiempo que las conjeturas en torno a mi persona llegaran a los medios de comunicación. En tanto que las revistas amarillistas me tildaron como "la mujer más envidiada de Río", los diarios deportivos me señalaron como la responsable de que Rafe no esté en el nivel necesario para el Flamengo.
Con la experiencia de Levi en lo que se refiere al manejo de los medios, el aval y el respaldo de los dirigentes del club, la atenta mirada de Cristina en el aspecto legal y el acompañamiento del doctor del equipo se ha organizado una conferencia de prensa para el día de mañana.
Mi jefe y colega, el doctor Penassu, me ha confirmado a su vez, que en dos días Rafe deberá realizarse los exámenes previos a la cirugía. Desde que lo supimos, Rafe ha estado inquieto e irritable, sobre todo con Levi.
Su manager no estuvo del todo de acuerdo con que la recuperación fuera en Buenos Aires. Sin embargo, no di el brazo a torcer: bajo ningún concepto permitiría que Rafe se trasladara mientras estuviera convaleciente.
Grazia María no la está pasando mejor; súper sensible, le aseguré que todo iba a estar bien y que Rafe ya se había ocupado de alquilar un departamento a una cuadra de mi casa, a fin de que pueda cuidar a su hijo durante el postoperatorio.
Lamentablemente, la casa donde he estado viviendo después del divorcio de Fede, no es más que un departamento de dos ambientes, bastante estrecho y poco preparado para la muchedumbre.
Nota mental: ver nuevos alquileres.
Cuando llamo a mamá, lo primero que critica es que no salí demasiado bien en las fotos que la prensa capturó de mí. Ruedo los ojos a pesar de que esté en lo cierto; los malditos no engancharon mi mejor ángulo.
Decirle que mi novio era Rafe Vilanova fue todo un desafío: inicialmente, no sabía quién era hasta que mi hermano y mi papá le tiraron un par de datos deportivos que le allanaron el panorama. No obstante, cuando vio una fotografía suya, su mirada apreciativa fue elocuente lo cual no significó que no me aconsejara como si tuviera quince años.
―Las chicas de la peluquería te mandan sus saludos. Están todas envidiosas ―chusmea, como si fuera un orgullo salir con un jugador de fútbol.
―Gracias, espero que no tengan ningún muñequito vudú con mi cara por ahí.
