37 - Explotó la burbuja

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Volvemos a Brasil con el secreto contado a medias; la madre de Paloma y Marina están al tanto y a modo de equiparar la balanza, restaría poner en conocimiento a Levi y a Grazia María

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Volvemos a Brasil con el secreto contado a medias; la madre de Paloma y Marina están al tanto y a modo de equiparar la balanza, restaría poner en conocimiento a Levi y a Grazia María.

Dijimos que lo mejor sería guardárnoslo, pero dado que ella ya habló con parte de los suyos, creímos justo que las dos personas más importantes de mi vida también supieran que estamos embarazados.

Es por lo cual que al día siguiente de llegar a Río, invitamos a cenar a mamá y a mi representante sin levantar sospechas...aunque el hecho de que Paloma no coma pizza y esté prácticamente mudo atenta contra nuestro plan.

Ninguno invitados no son tontos, por lo que decidimos apresurar el comunicado.

―Mamá, Levi, queríamos contarles algo ―Tomo la mano de mi novia y la miro. Asiente con la cabeza porque ni fuerzas para emitir palabras tiene.

―¡Se van a casar! ―Mamá explota de alegría.

―No, no, no ahora...―explico. Levi me mira con recelo.

―¿Te quedarás para siempre en Brasil, Paloma? ―es una pregunta con una respuesta nada agradable, por lo que prefiero dejar las especulaciones de lado y develar el secreto de una vez por todas.

―No, no se quedará para siempre ―mamá empalidece y el labio le tiembla. Acciono el plan inmediatamente ―, hay una noticia que nos ha tomado de sorpresa; es grata y obligará a que nos tengamos que organizar como es debido.

Levi frunce el ceño, me mira a mí en primer lugar y luego a Paloma.

―Estoy embarazada ―Paloma esboza una sonrisa miedosa mientras se aferra a mi mano.

Mi madre lleva ambas manos a su boca, demasiado contenta como para reparar en el detalle de que llevamos poco tiempo juntos, o que ni siquiera tenemos residencia fija en el mismo país. Nos abraza descoordinadamente y lloriquea, como es de esperar.

―¡Pensé que no estaría viva para escuchar esto!

―¡Mamá, no exageres! ―La fastidio un poquitito.

Levi, por su parte, es dominado por su impulso.

―Ahora vengo. Permiso. ―No nos felicita, no nos abraza, no nos desea éxitos ni nada por el estilo.

Simplemente...se va.

Camina en dirección a la piscina y de pie para seguirlo, Paloma me toma por la muñeca.

―Dejálo.

―P-pero ...

―Sabés cómo es Levi; quizás esté pensando que ya es demasiado tarde para sacarte de mis garras ―Aligera el extraño momento con una suave broma.

Admitiendo que Levi probablemente esté necesitando de un tiempo extra y en privado para pensar, tomo asiento un tanto insatisfecho.

Mamá rápidamente llena el silencio con sus preguntas: fecha probable de nacimiento, cuándo puede decírselo a las chicas con las que juega canasta y lo más incómodo de esta situación, "adónde sentaremos domicilio".

"Rafe: corazón carioca" - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora