𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 3•★

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— ¡Bájame de esta cosa! — Gritó con desesperación, pero la fémina solo se burlaba de los chicos que estaban atados a aquel juego. — ¡Mamá, me dará un infarto!

— ¡Tranquilo, Soobin, tu tío te va a cuidar!

— ¡Ya me orine, Haneul! — Gritó Jin sujetando con fuerza su asiento. — ¡Incluso a Shing está por darle un doble infarto!¡Bájame de aquí!

Estaban llamando mucho la atención de las personas que cruzaban por allí y que estaban ahí mismo.

Estaban subidos en un juego bastante algo que se movía bastante rápido y eran los únicos que gritaban como si fueran a morirse. Además de pasar vergüenza ya que habían niños menores de unos doce años subidos allí y estos estaban disfrutando del juego. A Soobin se le consideraba por ser un joven de diecisiete, pero sus mayores, parecían niños asustados.

Habían decidido subir allí gracias a que decidieron ir al parque después de comprar un poco de pan y que Soobin alegara con Jin por haber dicho que no le había gustado que le regalará el gato. Pero después se distrajeron tanto que lo olvidaron y volvieron a hablarse.

Haneul, no quiso subir al juego porque ya sabía lo que le esperaba, así que decidió esperarlos abajo y grabar con su teléfono.

Estaban pasando un día agradable, pero tampoco sabían el como los estaban observando de entre las personas con mucha cautela. Cada que ellos se movían, aquel sujeto también lo hacía, siguiendo de paso todos los movimientos que hacía la pequeña familia. Aunque también, trataba de no llamar mucho la atención comprando una que otra comida chatarra para comer. Lo que posiblemente llamaba la atención, era ese guante grande de color negro.

Por otro lado, Soobin y Shing se encontraban en una pequeña carpa tratando de disparar en el blanco a una nave alienígena para ganar un obsequio, pero en todos los tiros fallaban.

La madre también lo intentó y solo pudo tocar la nave, pero no la tumbó. Se movía mucho y solo una persona calmada y con buena puntería lograría darle al blanco.

— Déjenme a mí, lo voy a intentar. — Habló Jin, apartando a los demás y tomó la pistola de Soobin.

— ¡Vamos tío, quiero ese oso! — Animó su sobrino.

Jin tomó posición y acomodó mejor el arma en sus manos. Apuntó a la nave que se movía de un lado a otro y con un simple suspiro, apretó el gatillo de plástico y tumbó la nave de un solo tiro. Soobin celebro eufórico y aplaudió a su tío con mucho esmero por haberla logrado a la primera.

— ¡Siii, genial! — Gritó emocionado mientras recibía su oso. — Eres grandioso, tío.

— Lo sé. — Dijo con orgullo mientras se miraba las uñas. Su hermana también lo felicitó, al igual que su cuñado y así, siguieron su camino para disfrutar de una buena mañana y tarde.

Soobin se hartó en unas ocasiones por tener que cargar al oso cuando quería hacer algo o ya se estaba cansado, así que tuvo que dejar que Jin cargará al oso.

Al principio a SeokJin le aburrió tener que llevarlo por su sobrino, pero fue de ayuda cuando quería descansar un poco. Habían hecho muchas cosas ya y el día estaba llegando a la mitad.

Fueron al cine, a una tienda de fotos, al centro comercial y a muchos lugares más. Incluso fueron a ver el partido de su país con uno vecino. Resultó ganando el otro país, pero aún así, las esperanzas de que su equipo ganará en el próximo partido seguían allí.

Jin pasó un excelente día, junto a ellos, y podría decirse que había extrañado pasar tiempo de diversión y no peligros.

Llegaron a la ser las cinco de la tarde y todos ellos regresaron a la casa, sin darse cuenta del como Bigotes los estuvo siguiendo todo el camino a unas cinco esquinas atrás.

★•𝕲𝖆𝖙𝖔 𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔𝖘𝖔•★ | 𝔑𝔞𝔪𝔍𝔦𝔫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora