Con tan solo decir esas palabras mi padre cambió su expresión por completo, quedó casi igual que las paredes del departamento que eran blancas. Él bien sabe que estoy diciendo es la verdad, su silencio hace más que solo confirmarme que lo que descubrí en la tarde en su habitación es verdad.-...Por que el silencio papá? Acaso es mentira?...estoy cometiendo un pecado por mentirte?...- más sería no lo pude decir, sinceramente ya en este punto me estaba dando era mucha rabia está situación.
Y otra vez ese silencio que me estaba llenando cada vez más de rabia y acertamientos, desvió su mirada y aclaro su garganta. Tenia que asumir su verdad.
Hasta que por fin hablo...
-H-hija de donde sacas esas ideas locas?...sabes bien que soy un pastor, me condenaría la vida si trabajo con eso- aludió nervioso por fin mirándome a los ojos.
No puedo creer que me lo este negando en la cara, cada vez la decepción crece más y más.
-Ah si papá?...seguro que me estás diciendo la verdad?...mira que mentir es pecado como tú siempre me lo aclaras...- no iba a decirle que descubrí su secreto guardado debajo de su cama. Me lo seguirá negando hasta cansarse.
-Hija...a la persona que menos le mentiría es a ti- alzó su mirada café y miro mis ojos- jamás trabajaría con esas cosas, sería mi condena eterna si lo hago...además...¿Quien te metió esa idea de mí en la cabeza?...
Ja! Si supieras que tú mismo con tus actitudes raras y misterio.
-...Me iré a dormir, buenas noches papá.
Su mentira y negación ya me estaba enfermando ¿Como puede ser tan descarado? Peor aún...¿¡Como se atreve a mentirme en la cara!?
Me levanté y fui a mi habitación lo más rápido que pude, está situación ahora me estaba provocando una sensación de nauseas, es repugnante todo esto.
Al llegar, me encerré y puse el seguro a la cerradura al instante que cerré la puerta, eche mi cabello hacia atrás con mis manos, como si tan solo hacer eso provoque en verdad que las emociones y sentimientos que estoy sintiendo justo ahora se calmen, sabiendo bien que eso no pasará por más que quiera, ni la mejor pastilla relajante que exista calmaria todo esto que siento.
Desde hace tiempo se bien que las personas mentirosas y descaradas las detesto y repugno, y darme cuenta que mi padre es una de esas personas en verdad que me parece una aberración...en verdad no puedo creer que están pasando tantas cosas en tan solo tres días, los giros que da la vida inesperadamente me están dando escalofríos, a tal punto que estoy empezando a sentir algo de miedo, miedo que no debería de sentir, pero ahí está, queriendo apoderarse de mi conciencia.
Respire profundo y al botar el aire bote todo el aire que pude hasta quedarme sin oxígeno en mi pulmones, para volver a retomar mi respiración normal. Frote un poco mis ojos y trate de poner mi mente en blanco...mañana nos iríamos y el tan solo pensar en eso otra vez me daba escalofríos, no quiero irme.
Pero no puedo hacer nada para impedirlo, no tengo ninguna buena razón o excusa lastimosamente. Me separé de la puerta y fui a ponerme mi pijama para dormir de una vez, tengo que levantarme muy temprano para ir al aeropuerto...será un largo y pesado viaje.
Pasaron diez minutos y ya estaba tapada y protegida debajo de mi manta, aún con los ojos cerrados intentaba conciliar el sueño, pero se me estaba haciendo una tarea difícil de emplear. Abrí mis ojos y vi mi maleta a lo lejos, al lado de mi escritorio..."En verdad no quiero irme" pensé. Di un suspiro largo y di la vuelta para mirar mi ventana, el cielo nocturno estaba hermoso hoy, perfecto para contemplarlo.
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𝔻𝕚𝕒𝕓𝕠𝕝𝕚𝕜 𝕃𝕠𝕧𝕖𝕣𝕤 | La Sangre vale mucho mas...
Ficción GeneralMi nombre es Kim Kanashi , tengo diecisiete años y vivo en la capital de Corea del Sur... O bueno, mas bien...vivía ahí. Fui criada por mi padre desde que nací, le debo a él todo lo que soy ahora, es la única persona que en verdad amo...o eso pensab...