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Memories.

—Mar-Mar, ¿De verdad quieres asistir a la escuela?.

La mujer, algo impresionada, miró a la pequeña que acaba de llegar a su habitación. No era muy común que Marcy la buscara, porque ella prefería estar sola y el que lo hiciera ahora era algo digno de recordar.

—Sí, Sasha va a la escuela. Yo quiero ir con Sashy, ¿Puedo?.

—Pero, mi niña, Mar-Mar. A ti no te gusta que la gente se acerque a ti, habrán muchos niños.

—¡Pero Sasha va a cuidarme!, ¡Quiero ir!.

A la madre de Marcy no le quedó más remedio que aceptar la petición de su hija, algo contenta en el fondo. Y fue a primera hora a matricular a la pequeña en la escuela de Sasha.

Marcy miraba divertida el espejo al ver como su uniforme era muy bonito, pero le quedaba algo grande y eso era gracioso.

Cuando tuvo su primera mochila ¿Hace falta decir lo impresionada y feliz que estaba? Era la primera vez que quería algo tan desesperadamente en la vida.

Y escuchó cuando sus padres le dijeron a Sasha que iba a ir a la escuela con ella, pero le pidió a su mamá que no mencionara que ella lo había pedido. Porque sólo lo había hecho para estar más cerca de la mayor, porque era su única amiga y la quería mucho.

Bajo la tapa del único cuaderno en el pequeño bolsito de la menor, estaba la tarjeta de los pingüinos que le había regalado Sasha.

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Pasitos de Pingüino | SasharcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora