Cita a ciegas

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1 de octubre :D comencemos con esta cosa

Se miraba al espejo con el ceño totalmente fruncido mientras ajustaba el nudo de su corbata, se maldecía mentalmente por haber aceptado (de nuevo) lo que le pedía su prima rouge.

Otra cita a ciegas.

Con esta ya eran tres las veces que lo convencía a acudir a una cita a ciegas, era molesto, que tenía de malo no tener pareja a sus veinticinco primaveras? ¿Es que no lo pueden dejar en paz?

A veces odiaba las reglas no escritas de la sociedad.

Suelta un suspiro largo —será rápido— se dice y toma todo lo necesario para salir: billetera, celular y llaves.

Mira sus vehículos: un automóvil y una motocicleta, tomando esta vez la motocicleta, después de todo no llevará a nadie a ningún lugar, ¿para qué molestarse si fue prácticamente obligado? Que desperdicio de tiempo.

Sale de su casa cerrando todo y en cuestión de veinte minutos está en el restaurante, aunque trató de llegar lo más tarde posible.

Resopla al llegar y le entrega las llaves a los que cuidan los vehículos, mira la puerta del elegante restaurante de cinco estrellas que su "querida amiga" rouge the bat pagó para él y su cita.

—Esto será rápido—

Se arregla un poco las púas, aunque no le agrada la idea de conocer a una chica, tampoco piensa hacerlo de forma desagradable. Una vez listo, respirando con resignación unos minutos más, entra al restaurante.

—Buenas noches señor, ¿tiene una reservación?—

—sí, a nombre de rouge the bat—

—muy bien señor, pase conmigo— le indica una pequeña ardilla con esmoquin guiándolo hacia la mesa

El lo sigue mirando todo sin ponerle atención. Era un restaurante bastante elegante y refinado, paredes café rojizas, lámparas en cada mesa, candelabros de techo, música relajante. A veces su "amiga" era demasiado exagerada.

—esta es su mesa señor— señala la ardilla a la mesa —pronto lo atenderá su camarero— indica alejándose dejando al erizo a unos pasos

Este mira el lugar encontrando quien sería su cita. Antes de acercarse se le queda viendo. Era bastante distinta a las chicas que habían llegado antes.

Una eriza rosa de cuerpo poco desarrollado, pechos pequeños, cintura recta sin mucha curva, puas recogidas en un pequeño yoyo y poco maquillaje; vestida de una camisa hasta los codos de color blanco y un pantalón ajustado por la parte de arriba y suelta al llegar a sus tobillos terminando con unos tacones pequeños de color negro.

Era... interesante. Soltaba misterio y elegancia a pesar que se notaba que era joven ¿20 quizás?

Regresa a la realidad y se acerca.

—señorita rose?— pregunta haciendo que la dama voltee a verlo, obteniendo a la vista dos brillantes jades

—si, soy yo— saluda acomodándose en su asiento —shadow verdad?— el moreno asiente —es un gusto conocerte—

—es gusto es mío— toma asiento frente a ella

—bien, supongo que comienzo con esto— la eriza pone una postura recta, se nota a simple vista que es alguien con autoridad por su porte y manos al frente sin miedo, sin temor. El azabache mira esto con curiosidad, puesto que las otras chicas siempre eran bastante tímidas o quizás muy atrevidas, cada segundo la eriza le daba cierta intriga —agradezco mucho que hayas venido, pero en verdad, no estoy interesada en ningún tipo de relación, simplemente fui obligada a venir por mi amiga que seguramente fue quien te contactó, espero no haber hecho que tu tiempo se perdiera— habla decidida y directa, aunque amable, dejando las reglas del juego bastante claras.

Flufftober shadamy 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora