Dark Light • {Constantine}

10; ¿Redención?

"Jesucristo murió en la cruz para redimir al hombre y permitirle el acceso al Cielo, liberándolo de la culpa del pecado."

Eso, al menos decía La Biblia.

John despertaba en su cama con el cuerpo semi-desnudo de Elié y, daba un pequeño suspiro de alivio; por el hecho de haber podido salvarla del infierno. ¿O a caso Dios habría intercedido de alguna forma?

Sea como fuere, se sentía ciertamente algo más tranquilo.

Visualizaba las cicatrices en la pequeña espalda de Elié y no paraba de preguntarse por cual sería la historia tras ellas (...)

Pero aparentemente, sería complicado de saber pues ni ella misma parecía recordarlo o haberlo sabido alguna vez.

Sacudió levemente su cabeza para dejar de pensar y suavemente, recorrió con sus dedos las cicatrices depositando un suave beso en el final superior de una de ellas.

-Vamos Elié, hay que levantarse. -Susurró este sentandose en la cama-

Y su cuerpo permanecía inmóvil, sin dar ningún tipo de respuesta.

¿Qué demonios la ocurría? ¿Alguien podía dormir tan profundamente?

-Muy bien cariño, llamaré a la morgue para que se encarguen de ti -Dijo encendiendose un cigarro en lo que se vestía-

Esta vez si se giró hacia él y rió levemente. El sol daba tenuemente en ella y, obviamente, se veía producto del cielo; era increíblemente bella, pero bella con fuerza, no del tipo princesa sino de belleza entre todo el dolor del mundo (y de sí mismo)

-Ya no cuela ¿no es así? -Dijo reclinandose-

John veía su cuerpo, como quién ve una preciosa escultura de marmol en un museo, con cada detalle, con su delicadeza.

-Para nada, ya te he visto en ese estado y nada puede engañarme con respecto a ello -Dijo como si nada-

Elié se levantó y comenzó a vestirse en lo que él salía de la habitación.

A veces era extraño la forma en que John hacía ese tipo de comentarios, pero, podía ser extraño en un principio o para otros pero no para ella.

-Tengo una mala sensación. -Dijo ella echandose una chaquetilla por encima-

-¿Y es sobre...? ¿Vienen a por nosotros de nuevo? -Dijo bebiendo de su vaso de café con hielo pasandole otro vaso a ella-

-Es un peligro mayor John. Desproporcionado, esta vez no se trata solo de ti o de mi.. -Dijo mirandole con preocupación-

-Necesitamos respuestas entonces porque... tu "radar" no dirá nada con exactitud ¿no es así? -Dijo volviendo a dar otro trago-

Elié bebía ésta vez.

-No creo. Es algo que siento pero no lleva a mi mente lo que es de forma exacta, necesitaremos ayuda.

-¿Y a quién piensas pedírsela? -Dijo mirandola de forma un tanto incrédula-

-Bueno, yo... conseguiremos contactar a alguien del bando de arriba que nos de alguna respuesta.

-Muy bien, si tu lo crees así... -Dijo cogiendo las llaves- Te sigo.

Elié salió con él del apartamento y tras un rato caminando por las calles, llegaron a una pequeña librería.

-Buenos días, señor... ¿Fell? -Dijo mirando a un hombre de cabello blanco algo rizado y muy bien arreglado-

-Señorita.. -Su voz se detuvo en seco al verla, carraspeó- y señor. -Dijo en referencia a Constantine- ¿Puedo ser de alguna ayuda para... ustedes?

El hombre sabía perfectamente que su petición no iba a ser sobre ninguno de los libros que lucían en las estanterías, había notado lo que emanaba Elié y era energía celestial aunque de algun modo corrupta.

Pero, ¿quién era el para juzgar?

-Si verá, creo que... es una duda demasiado especifica sobre un autor algo controvertido si no le importa... -Disimulaba ella y John... no daba crédito de la situación-

En este punto, se limitó a seguirla. El tal "Fell" les guió hacia un rincón más íntimo con unos sillones de sala, sentandose él primero y tras Constantine también, lo hizo Elié tras coger un libro de la estantería para disimular.

-Fell... necesito saber qué está ocurriendo. -Dijo ella mirandole a los ojos-

-Y... bueno, es un tema complicado de tratar... -Decía cauteloso viendo a John-

-Él está conmigo quiero decir... es de nuestro bando no tienes de que preocuparte.

John asintió con la cabeza, serio.

Fell levantó una ceja. Había notado también el vínculo entre ellos pero a John no conseguía "leerle".

-No te fias de mí, ¿no es así? -Emitió éste sacando el paquete de tabaco-

-No yo no... por favor, no fume aquí. -Dijo éste tornandose más serio-

John rodó los ojos, la tensión podía palparse en el ambiente y comenzaba a preguntarse por qué Elié le había traído a tan incómodo encuentro.

-Él es un cazador de demonios, me ha sacado del infierno hace nada, créeme, podemos fiarnos de él. -Emitió ella-

-¿Que él ha hecho... qué?

John comenzaba a desesperarse. Se levantó y salió del lugar a fumarse un cigarro, estaba perdiendo completamente la paciencia y no quería armar una escena con Elié ahí.

Fell la miró a los ojos.

-Es el anticristo. Todo podría salirse de control en cualquier momento y... pum. Todos aniquilados. -Dijo tragando saliva-

-¿No hay ninguna forma de pararlo? -Dijo ella casi dando un salto en el sillón-

-Estamos en ello... el caso es que no nos vendría mal una ayuda... no tan detectable como otras. -Dijo encogiendose de hombros-

-John es vuestro hombre ¿No me has escuchado?

-No queremos que lo mate. Esa es una condición y orden.

-¿Has perdido el juicio Fell? ¿Y si en algún momento decide chasquear los dedos y adiós? Yo perdería a John. ¿Y la humanidad entera? -Dijo mirandole con una mirada algo aniñada-

-Asi que... -suspiró- te has enamorado de un cazador de demonios ¿no es así? -Dijo en tono confidente viéndola y dirigiendo la mirada a él fuera de la tienda- ¿No es un poco extraño para alguien como tú? ¿Él lo sabe...?

Elié no pudo evitar esbozar una sonrisa leve.

-El anticristo amenaza con destruir la humanidad y a ti te importa mi vida amorosa, puedes ser realmente extraño para ser un ángel, Fell. Eso de los cotilleos es de humanos.

-No creas, los angeles también tenemos lo nuestro. -Carraspeó- volviendo al tema en cuestión... os necesitamos, pero hazle comprender a ese tipo que no puede morir.

-Va a querer enviarlo al infierno como a todos los otros ¿no eres consciente de ello? Es todo lo que conoce. -Emitió ella seria-

Entonces él volvió a entrar pero esta vez, posicionandose de pie junto al sillón de ella.

-Nunca es tarde para aprender -Emitió Fell levantándose con una agradable sonrisa-

-Espero haber respondido a sus dudas amable señorita y caballero -Emitió en voz alta Fell para disimular frente a otros clientes- ¡Llévese el libro! ¡No se arrepentirá!

Y asi lo hizo ella, saliendo ambos de la librería con un John interrogante.

-¿Y bien...? -Dijo levantando una ceja-

-Esto va a ser un poco... difícil de procesar -Dijo ella-