Tres meses después...
Lauren
— ¡Camila!— mi alegría desborda cuando abro paso por nuestra casa.
Admiro nuestro avance con alegría. La mesa ahora esta ordenada y sus cuatro sillas en perfecto estado. La madera es muy bonita y admiro el trabajo que Camila ha hecho.
Hemos conseguido cada una de nuestras pertenencias a base de esfuerzos y cambios de alimentos, son de segunda mano, aun así, son más que suficientes.
Los pequeños cuadros en las paredes son pintados por nosotras en tiempos libres, alguna otra Camila se las ingenió para que hojas de nuestros cultivos formaran parte de los diversos cuadros. Admire mucho cuando ella admitió que encuadrar nuestras primeras hojas y flores de la siembra, era símbolo de lograr lo que deseamos.
El pequeño sillón en la esquina junto a una pequeña mesita y los floreros de madera con flores cortadas por ella.
Todo es tranquilo en nuestra casa, nuestro pequeño lugar secreto y seguro.
— ¿Laur?— se gira a mirarme y puedo observar que está cocinando algo delicioso. Cierro mis ojos deleitándome con la esencia que inunda toda la casa y alzo mis manos mostrando las nuevas flores y enrollado en un papel marrón le traigo lo que ella me había pedido, aunque fue entre dormida, aun así la escuche.
—Traigo un par de cositas— digo dejando todo sobre la mesa.
—Puedo verlo— dice ella tomando en primer lugar las flores y cambiando todas las que ya teníamos. La veo caminar de un lado a otro con una sonrisa.
Ha logrado en los últimos meses poder hablar mucho más conmigo, quizás con nuestros amigos aun es un poco cerrada, pero ha hecho muchos avances.
—Puedes verlo, es para ti— extiendo el paquete hacia ella que alzando su ceja sonríe negando.
Las telas y un paquete de agujas, fue un como complejo de conseguir, pero lo obtuve.
Su mirada fue de mi hacia lo que había dentro.
— ¿Cómo supiste?— camino hacia ella y dejo un beso en su mejilla.
—Hace unas noches murmurabas sobre ello, estaba llegando de darle de comer a nuestros caballos y comentaste sobre telas— niega besándome la mejilla —Luego al día siguiente que algo faltaba. Encaje las piezas.
—Gracias— asiento y la abrazo dejando un beso en su mejilla y uno en sus labios. —Me gustan los colores.
—Pensé en las ventanas y también para colocar uno en la mesa— sus ojos se abren y asiente con entusiasmo.
—Pronto será navidad— toma las telas y las deja sobre el sillón y sobre la mesita las agujas. La sigo y me siento a su lado un momento asintiendo.
—Sí, nuestra primera navidad juntas ¿Te gusta esa idea?
—Me gusta todo lo que tiene que ver contigo— sonrió y tomándola delas mejillas la atraigo para un beso lento y suave.
Camila
Una de las cosas más difíciles fue colocar todo el cercado a nuestras tierras, también conseguir alguno que otro animal para poder criar. Construirlo también fue difícil, pero casualmente Harry es un buen carpintero y su ayuda fue de agrado para nosotras.
Acaricio mi caballo mientras observo como a nuestra siembra. El trigo aún tiene 2 a 3 meses para que pueda ser cosechado, pero algunos otros rubros ya están en su tiempo y es casi momento de cosecharlos.
Los pasos de Lauren se escuchan dentro de la casa y la veo salir por la puerta trasera seguida de Verónica. La chica viene golpeando su espalda causando que ella le dé un codazo con fuerza.
—Loca— la mira mal. —Camila tu chica es una bestia— se queja llegando a mi lado, Lauren la mira rodando sus ojos y me saca de sus brazos.
— ¿Qué venias a decir?— pregunta Lauren apretándome más a ella. No puedo evitar reírme de ella ni de Verónica que la mira entrecerrando sus ojos.
—Recuerdan de la pequeña tienda que estaban viendo hace unos días— asentimos —El hombre dijo que está dispuesto a venderla, que ya no puede tenerla.
Ambas nos miramos y luego a Verónica.
—Y como ustedes son las que la desean comprar, tienen hasta mañana para buscar al hombre y hacer la compra.
—Lauren...— ella se ríe y camina hacia la casa, saca algo y luego va hacia los caballo.
Lauren
—Buenas tardes— la voz de Camila se escuchó y el hombre alzo su rostro hacia nosotras.
—Buenas tardes, un placer— extiende su mano y ambas la estrechamos. — ¿Vienen por lo del local?— pregunta sentándose de nuevo. Asentimos.
—Estamos interesadas. Michelle, mi socia y mi persona queremos obtenerlo— miro el rostro de Camila y la soltura con la que habla para hacer el trato es admirable.
— ¿Cuánto están dispuestas a dar?— el señor mira alrededor —No es nada grande, pero he pasado toda mi vida aquí— sonríe nostálgico.
— ¿Cuál era su precio a empezar?— ella pregunta y él nos da un número. Ambas nos miramos. —Ni uno más, ni uno menos ¿Trato?
—Trato— ellos se estrechan sus manos y saco la bolsita del dinero. Ya teníamos un estimado por lo que completar, yo saco las monedas restantes y completas.
—Gracias— asiento al hombre y este sonríe.
—A ustedes— Él nos entrega el papel de la propiedad y se retira guardando su dinero.
—Creo que es nuestro— murmuro besando su mejilla, observando todo lo que nos toca hacer antes de comenzar a vender.
—No es mucho, pero es nuestro. Y aquí podemos seguir— sonríe hacia mí y acariciando su mano salimos del lugar cerrando la puerta y subiéndonos a nuestros caballos.
La vida siempre nos puede volver a sonreír.
Caminando del otro lado de la calle un par de hombres van abanicándose con sus sombreros, están irritados porque su misión no ha podido cumplirse.
—Tenemos que irnos— dice uno de ellos subiéndose a su caballo. Viendo como otras dos personas van marchándose en sus caballos.
—Eran tres días, llevamos cuatro y es obvio que esas dos no están en este pueblo— mira a todos lados y agitan sus riendas para cabalgar en dirección contraria.
*Disculpen los errores*
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Un amor a la antigua (Camren Doble G!P)
RomanceUna historia de amor en tiempo pasados. Inglaterra 1799. Siglo XVIII Historia de mi autoria.