Capítulo 15: Un nuevo compañero

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En el bosque un televisor apagado se prendió de repente mostrando sólo estática, o era así hasta que una sombra muy pequeña apareció en el centro de este.

La sombra se acercó rápidamente y del televisor salió disparado un niño rompiendo la pantalla de este.

El niño no era otro más que Mono, y ahora se estaba levantando del suelo algo adolorido. La señal que el mismo generó era muy inestable como para tener un viaje tranquilo

Fue a recoger su sombrero que se le había caído y, cuando se lo volvió a poner, miró a su alrededor viendo que estaba rodeado de varios árboles tan grandes que casi tapaban el cielo.

Sonrió al volver a donde él creía que era su casa y, con eso, comenzó a caminar hacia donde recordaba que había un arroyo.

Mientras caminaba, la suavidad del césped lo hacía relajarse. No importa en qué estado estaba el mundo, la naturaleza siempre iba a ser un buen lugar para estar.

Lo bueno es que el chico tiene buena memoria, muy pocas cosas se le olvidan, aunque muchas cosas se le complica recordar por culpa de la torre.

Caminó más rápido cuando escuchó del arroyo, y pasando entre unos arbustos encontró el arroyo.

Mono se acercó al agua, se arrodilló y ahueco sus manos llevándolas al agua para poder beber un poco.

Después de eso, se paró y fue hacia un arbusto de moras agarrando las que podía con las manos.

El chico estuvo unos minutos comiendo los frutos que eran demasiado delicioso y su jugo muy bueno.

Mono se limpió la boca con la manga de su gabardina y se lavó sus manos en el agua antes de comenzar a caminar hacia donde estaba la cabaña. Pasar la noche allí haría que pasara menos frío, ademas de que seguramente haya una cama.

Veinte minutos tardó Mono en llegar, tuvo que evadir algunas trampas para osos, pero llegó sin ningún problema.

El chico miraba la cabaña aún sin entrar. A pesar de que le gustaba volver al bosque, al mismo tiempo también le traía malos recuerdos, ya que fue donde todo empezó.

Mono sintió que estaba haciendo más frío, así que suspiró y se quitó su sombrero para ponerse su bolsa de papel antes de entrar por la ventana de la cabaña.

El chico bajó de la ventana al suelo, se sentía que la cabaña era más cálida que afuera, pero su olor no ayudaba a querer quedarse. En todos lados olía a carne podrida y a Mono no le gustaba.

Decidió buscar la habitación para ver si tenía cama, pero para si desgracia, no tenía. Sólo encontró a la familia disecada y la entrada de la cabaña, después de eso estaba el sótano y el ático, pero él no queria ir al sótano, así se fue a donde estaba la familia y escalo un pequeño mueble y paso por una rejilla abierta de la pared.

Una vez del otro lado, Mono vio la puerta estaba abierta y que las escaleras para el ático ya estaban abajo.

Debe ser de cuando escapamos de la cabaña. —pensó Mono para después cerrar la puerta. Decidió no subir al ático, ya que el olor en esa habitación no llegaba.

Mono se quitó la mochila y relajó los hombros, la mochila no era muy pesada pero la estuvo cargando durante mucho tiempo, ya le había cansado los hombros.

Luego de relajarse, sacó sus cosas de la mochila preparando el lugar para pasar la noche. No sería mucho, dormiría en el suelo y usará su mochila como almohada.

Una vez terminó, el chico agarró el libro de supervivencia. No lo iba a leer, estaba aburrido y todavía no tenía sueño, así que sólo se puso a ver las imágenes que traía el libro.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora