Arthur se siente solo.
Arthur ha pasado la mayor parte de su vida sintiéndose solo. Aislado. Apartado de todos para su propia seguridad y la de los demás. Es una alternativa extrema, pero las opciones han sido limitadas a una y sólo una. Lástima, tal vez en otra vida tuviera una mejor suerte. Sólo tendría que morir para lograr una oportunidad, por supuesto.
Arthur odia sentirse solo. Aunque en realidad odia todo: odia a las personas, odia el medicamento que le dan siempre a las mismas horas, odia la cama dura que lo deja más cansado con cada día que pasa. Se odia a sí mismo y odia su vida la cual ha visto como una miseria desde que tiene consciencia de la misma. No quiere vivir y, siendo sincero, no cree que las demás personas tengan opiniones diferentes a la suya, en especial en el hospital. No obstante, existían reglas y una de ellas era mantenerlo con vida a pesar de todo deseo en contra, como si mantener los signos vitales bajo un orden establecido significaba como vivir. La obligación moral lo mantenía con vida y lo odiaba.
Arthur se sentía solo, pero la verdad, no era del todo cierto. Por supuesto, estaba solo según los parámetros normales, sin embargo, había alguien a su lado que siempre estaba solo, incluso en ese edificio de paredes blancas y olor eterno a desinfectante. Sus doctores habían tratado, sin éxito, de hacerlo desistir de aquella idea. Ellos no le escuchan ¿por qué él debería hacerlo?
Existía él otro y ese otro era totalmente lo contrario a él; colorido, extravagante, confiado y alegre. Su sonrisa cínica y sin pretensiones, adornada con pintura roja tan parecida a la sangre hacía que su corazón latiera con más fuerza de lo habitual, pero no lo suficiente cómo para ser preocupante. Al contrario, lo hizo sentir bien, muy bien, cómo nadie lo había hecho. Ni siquiera conocía su nombre a menos que "Joker" fuera considerado como uno, pero él estaba enamorado.
A veces ese amor lo hizo sentir un poco narcisista. A pesar de sus diferencias notables de comportamiento, el parecido entre los dos a nivel físico era demasiado similar. La misma altura, la misma complexión y rasgos faciales. Su cabello era similar con la diferencia del color verde de "Joker" a diferencia de su insulso cabello castaño. Y su maquillaje que parecía permanecer eterno en su rostro. Al menos no eran tan idénticos y eso lo calmaba.
Entonces aquel extraño le hizo compañía en todo, incluso cuando sus manos se tiñeron de rojo como su sonrisa. Joker era una compañía fiel, que no lo abandonaba ni con las terapias, ni las pastillas de colores con sabores amargos o la corriente eléctrica que pasaba por su cerebro en las sesiones de electroshock. Estaban juntos y estarían juntos.
Arthur no estaba solo después de todo y eso hizo que su estancia en Arkham fuera más llevadera.
Fin
Ayuda, me metí en otro reto sin sentido, esto ya no tiene solución para mi. En fin, espero que les haya gustado, la verdad tome un poco, me siento más relajado de lo normal, así, que está bien. Se cuidan, nos vemos mañana.
