"This is me" (Giyuutan/Tangiyuu)

One-shot

Desde que tenia uso de la razón, Tomioka Giyuu siempre supo que era un niño.

Él solo lo sabia, era un varón encerrado en el cuerpo de una niña, con unos padres que amaban por completo tener dos hijas y, al menos en el caso de él, lo ignoraban cuando trataba de decir algo ligeramente en contra de lo que ellos creían o querían creer por su egoísmo. No es que él lo supiera directamente, era más bien un conocimiento subconsciente que tenia arraigado en su cabeza, formado por el comportamiento de los mayores con el paso de los años.

Él era un niño inteligente, y tenia de mejor amigo a Kamado Tanjirou, quien era sumamente observador a tal punto que de vez en cuando daba miedo por lo acertado que era en sus observaciones y/o razones en cuanto a las acciones de las personas, él siempre creyó que era así de perceptivo por el tipo de crianza, (respetuosa, creía que se llamaba), que Kie-san y Tanjuro-san habían tenido con todos sus hijos, (a veces él también desearía haber crecido así), le encantaba pasar todo el tiempo que pudiera en la casa de los Kamado, jugando cómodamente con su mejor amigo sin tener que cuidar su tono de voz al emocionarse demasiado.

("Son niños, merecen jugar y divertirse en un ambiente seguro" le había dicho Tanjuro-san una vez cuando había preguntado hacia un largo tiempo durante una de sus primeras idas a la casa tras conocer a Tanjirou en el preescolar. Él no había entendido las implicaciones profundas de la frase, pero si estuvo contento de no tener que preocuparse por nada más que pasarla bien con su mejor amigo y los hermanitos de este, comiendo pan dulce recién horneado como merienda de la panadería de Kie-san)

Así que volviendo al tema, estaba en el cuerpo equivocado por así decirlo, pero solo él lo sabia, lo que lo frustraba mucho porque todos se referían a él como ella y usaban su nombre legal "Aiko".

No le gustaba para nada a su pequeño yo, pero tendía a ser un niño tranquilo e introvertido que no sabia que más hacer.

Una y otra y otra vez, en diferentes ocasiones a lo largo de su infancia, había tenido un poco de valor y les había dicho a sus padres que no era una niña.

Por su propia seguridad y tranquilidad aceptó la excusa de que hablaba muy bajo como para que los adultos altos captaran su voz, pero en el fondo sabia que lo estaban dejando de lado, precisamente por su egoísmo y la idea de que solo por ser su "hija" era una mini ellos que podían moldear por completo a su gusto.

¿Y si un niño no podía confiar en su propia familia, en su circulo social, entonces en quien iba hacerlo?

La respuesta era simple: él confiaba en Kamado Tanjirou. Siempre había confiado y confiaría en él.

Tanjirou jamás lo ignoraría, tenía un corazón demasiado grande para su cuerpo y un alma bondadosa demasiado amable para este mundo. Él estaba convencido de eso.

...

-7 años-

Lo odiaba

Le abrocharon el vestido terriblemente incomodo para jugar y correr; porque era lo que usaban las niñas.

No quería esto.

Trató de convencer a su mamá para que lo dejara usar tenis, pero no, se tuvo que poner los zapatos negros ridículamente apretados e incomodos, los que tenia que mantener limpios porque; las "señoritas" tenían que estar todo el tiempo impecables y tenían que ser educadas, bien portadas.