Aquello Que Oculta El Dolor

Capítulo 10

Llegué a la casa y me bañé rápidamente « ¿Será que ella lo tomará como una cita?» pensé mientras caía el agua de la regadera en mi espalda... Luego de vestirme salí a buscar a Verónica... Espero todo salga bien.

*Desde la perspectiva de Verónica*

Bueno, ya solo me falta maquillarme y ya estaría lista, estoy nerviosa, pero no sé porque, no somos pareja, solo amigos con ciertos beneficios, no debería de sentir esto, pero aún así, me matan los nervios...

Ya llevo unos minutos maquillándome, aún no termino y creo que está en la puerta... Le dije a mi madre que le hiciera pasar y que me esperara en la sala, no sé si salir, ¿Y si al final algo sale mal?... No, eso no sucederá.

Al bajar las escaleras para dirigirme a la sala lo escucho hablar a Matías con mi madre, así que decido hacer silencio y tratar de escuchar...

«En serio me gusta, me gusta mucho, pero Verónica... Es complicado, no sé cómo decircelo» dice Matías...

«Entiendo, sé que ustedes tienen una especie rara de relación o algo así, pero, sol debes de decirle, ella lo entenderá» le responde mi madre...

No puede ser, ¿Matías se enamoró de Vanessa? ¿Después de todo lo que pasamos?... Que estúpida fui, y yo toda nerviosa y pensando en que algo podría suceder entre nosotros... Ya no quiero salir, pero si no salgo, nunca me lo dirá, será mejor actuar como si no hubiese escuchado nada.

*Desde la perspectiva de Matías*

Ya se está demorando mucho, ¿Será que la llamo? — pienso —

Espere un momento y cuando me levante la vi, estaba bellísima, una simple blusa blanca, con una chaqueta de Jean y una falda que daba hasta sus rodillas, hacían que luciera perfecta, lo que en cualquier otra pareciera algo simple e insípido, en ella lucía perfecto, simplemente me atrajo... Me acerqué a abrazarla y pude oler su perfume, era suave y delicado, capaz de cautivar a cualquiera.

¿Cómo estás? — le pregunté con una sonrisa —

Bien, aunque no tan bien como tú — me contestó —

¿A que te refieres? — le pregunté intrigado —

Nada, olvídalo, yo misma me entiendo — contestó algo fría —

Entiendo... Entonces, ¿Salimos? — le pregunté con una sonrisa —

Sí, vamos...

Nos despedimos de su madre y nos fuimos a comer, la llevé a su pizzería favorita, noté que sonrío a penas vio la pizzería, pero así como sonrío, así mismo volvió su expresión fría, esa expresión que por más que intentas descifrarla no puedes, yo la llamo "la expresión X" , ya que no demuestras nada, pero por dentro puedes sentir cualquier cosa, puede ser todo y a la vez nada, como la variable X hablando matemáticamente...

La noche fue algo inquietante, ya que intenté sacar alguna información, pero sus respuestas fueron muy "cerradas", hasta que cuando salimos de la pizzería decidió hablarme...

¿Cuando me lo piensas decir? — me preguntó con una mirada fría —

¿Decirte que? — le pregunté mientras en mi mente pensaba en un sin fin de cosas —

Ya sabes, solo dímelo y así podremos acabar con esto — dijo alterada —

¡Mierda, lo sabe! ¿Pero cómo? — dije en mi mente — 

¿Vas a hablar? — preguntó con voz persuasiva —

Está bien — contesté — pero antes de decirlo, solo déjame disculparme, sé que estaba en las reglas que pusimos al empezar este tipo de relación, pero, fue algo que no pude evitar... Por eso te pido perdón de ante mano, no quisiera dañar la amistad pero...