III. A la mierda el mundo, te amo

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La batalla era feroz, a pesar de sus esfuerzos no logró derribar a uno solo de los villanos, huir no era opción, esos idiotas lo perseguirían y podrían terminar luchando en un lugar repleto de civiles, no podía permitirse que otros salieran heridos. Tenía que resistir y esperar la mejor oportunidad para escapar, por desgracia no la había conseguido.

Shigaraki se fastidió, tenía a uno de sus más grandes enemigos solo, acorralado por seis de sus mejores piezas del juego y aún así ninguno había logrado asestar un golpe mortal, ese maldito marica seguía luchando contra todos con una sonrisa confiada. Estaba harto. Pidió refuerzos que llegaron en seguida, uno de sus nomus.

Izuku estaba en problemas, si alguna vez existió una mínima oportunidad de huir, ahora se había extinguido.
El nomu tomó la delantera con los ataques, Deku no podía repelerlos ni contraatacar, recibió de lleno los potentes golpes de ese gigantesco monstruo, fue lanzado por los aires, detenido por el fuego o los golpes que lo esperaban del otro lado del campo de batalla. Perdió el aliento y su visión se volvió oscura, cuando se dió cuenta estaba tendido en el suelo, el nomu lo había estrellado contra el asfalto agrietado.

—Fin del juego héroe —sentenció Dabi, burlándose, poniendo su pie sobre la cabeza del héroe con una fuerza tremenda—. Nos aseguraremos de enviarle nuestras condolencias a tu novio.

Más risas estruendosas lo inundaron, los ataques se detuvieron, creyeron que lo habían vencido, pero Deku aún podía luchar.

—Ya puedo ver tu epitafio —siguió con la burla Shigaraki—. "Deku, valiente héroe y buena zorra" —soltó una carcajada desquiciada.

—No tuvimos que hacer nada para acabar con este héroe, la sociedad se encargara de acabar con su reputación y la de su noviecito, ustedes son patéticos —remató Dabi.

El peso sobre su cabeza desapareció, Dabi estaba preparándose para pisarlo de nuevo, intentó levantarse, pero la fuerza de ese maniático pirómano azotó su cabeza contra el asfalto otra vez, sintió la sangre bajar por su rostro, su mirada se nublo, escuchaba las risas amortiguadas, no pudo distinguir más las palabras, estaba a punto de desmayarse.

Dabi levantó su pie una vez más, río con una mueca psicótica y dio el golpe.
Una explosión en su espalda lanzó por los aires al villano de las llamas azules. El resto de villanos miraron expectantes al héroe cenizo que se hincó para sujetar a Deku.

—Ustedes bastardos, van a pagar caro por esto —gruñó con furia animal, mirándolos con la ira brillando en sus ojos.

Shigaraki quiso burlarse de nuevo, pero antes de abrir la boca fue detenido por un camino de hielo que lo obligó a retroceder, junto al resto de su equipo.

Red Riot, Sugarman e Ingenium fueron contra el nomu, Uravity luchó contra Toga, Creati y Earphone Jack se encargaron de Kurogiri, Shoto descargó su furia contra Dabi, Froppy y Cellophane mantuvieron a raya a Twice, Pinky se lanzó al ataque contra Spinner. Solo quedaba uno, un villano que miraba a la pareja de héroes desde la distancia con ese instinto asesino emanando de su aura. Como un carnívoro acechando a su próxima presa.

Dynamight lo miró fulminante, pero ese cabrón no era su principal preocupación.

—¿Deku? —lo llamó sin apartar su vista del villano—. Los refuerzos llegaron, ya puedes descansar. ¿Puedes huir? Si no puedes solo mantente alejado, terminaremos esto pronto.

Deku no podía procesar los eventos, los sonidos llegaban mezclados e incomprensibles, su visión estaba borrosa, pero había algo que él jamás podría confundir, de lo nunca se perdería, pues se había fundido con ello casi toda su vida, ese sútil aroma a quemado producto de la nitroglicerina que emanaba del cuerpo de Kacchan. Lo supo de inmediato, él estaba ahí, por eso lo llamó en un susurro.

La misión más difícil: "fotografías"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora