03. Amo A Alguien Más

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Jungkook

Adelaida no dejaba de temblar del miedo, sé que esta no fue la mejor solución pero no tenía otra salida, la deseo más que nada en este mundo. Estoy profundamente enamorado de ella y nada ni nadie se interpondrá entre nosotros.

Puso sus manos sobre mi pecho tratando de alejarme para terminar aquel beso.

—Suéltame —soba sus muñecas con dolor —¿Qué es esto? ¿Dónde demonios estoy? Mis padres... Mi hogar. —me mira —Tú me secuestraste, ¡Dime qué demonios planeas! ¡Auxilio! —empieza a gritar.

—Cierra esa boca. Aquí nadie va a escucharte.

—¡¿Qué demonios te pasa?! ¿Por qué me tienes aquí? ¿Qué pretendes?

—Mi nombre es Jeon Jungkook, no tengo la obligación de decirte toda mi vida —contesté. —Pero puedo añadir qué ahora formas parte de mi territorio, no te puedes ir.

—¿Qué?, ¿Dónde estamos?, ¿Qué quieres de mí? Deja de bromear —sus ojos estabas húmedos a causa de las lágrimas que ya había derramado —Por favor, déjame ir. —suplica desesperada —Prometo que no diré nada de esto para que no tengas problemas, pero por favor, liberarme...

—No puedo hacer eso —dije mostrando una leve sonrisa mientras negaba con la cabeza; volví a mirarla una vez más —No sabes cuánto espere para tenerte conmigo y finalmente lo conseguí. —sonreí ampliamente —¡No sabes que siento un gran amor por ti, Adelaida! —exclamé —Mi Adelaida...

Me acerqué a ella quedando a pocos centímetros de distancia, lo suficientemente para escuchar su respiración tan agitada. Me empujó con agresividad y se alejó de mí lo más que pudo.

—¡Estás loco si crees que así aceptaré estar contigo, eres un maldito enfermo que sólo busca satisfacerse conmigo! —gritó con enojo.

Me acerque hasta ella quedando frente a frente sujetando su mentón con rudeza. Incide haciendo que mi paciencia se rompa, todos mis sentidos están alerta y sé que debo no perder la cautela pero no lo soporto.

—¿A caso pedí tu opinión? ¿No, verdad? —dije burlesco —Quiero que me ames como nunca lo has hecho antes, insúltame todo lo que quieras, eso no cambiará nada. Nadie se interpondrá entre tú y yo, aunque nos mantenga unidos la misma muerte, te mantendré a mi lado en esta vida y en la siguiente te guste o no.

—Estás demente, ¡Ni siquiera te conozco!

Ignoro su comentario, porque enseguida me pone de mal humor.

—En cuanto a tu pregunta de dónde estamos, no te lo diré, no quiero que hagas un alboroto del que te vas a arrepentir. Tengo límites y no quiero que me pongas a prueba —amenace, mis ojos la miran con enojo y enfado —Así que ve acostumbrándote a éste lugar —me aleje un poco para tranquilizarme, no quiero hacerle daño, no me lo perdonaría.

Adelaida no dejaba de llorar, no quiero que me tenga miedo pero tiene que saber como serán las cosas de ahora en adelante.

Me senté a la orilla de la cama mientras la observaba, pescará un resfriado si permanece ahí de pie.

—Solo... Solo ven a la cama. El piso está frío, enfermaras. —me levanté e intenté acercarme a ella pero sólo se alejó —Adelaida, no me hagas perder la paciencia y ven a acostarte, no voy a lastimarte —volví a acercarme a ella pero sólo conseguí que una fuerte bofetada terminará en mi mejilla, comenzó a arder tan pronto lleve una de mis manos en ésta.

—Aléjate de mí —Me miró desafiante —¡Ni en tu puta vida te atrevas a poner una mano encima de mí, no te me acerques! —gritó molesta —Entiéndelo de una maldita vez ¡No te amo! Y jamás, escúchame muy bien —se mantuvo firme ante su declaración —¡Jamás te amaré!

© Hasta Tu Último Aliento [JJK] (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora