Capítulo 19- Aaron

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Tenía entre mis manos una carta, que se sentía como tener mil agujas clavadas en ellas. Estaba tirada en el suelo, y mal doblada. Alguien la había leído antes.

Y ya me olía quién había sido.

Hazel entró al cuarto entre risas y mi rabia se relajó un poco cuando escuché su risa.

Me giré y la miré.

─ ¿Sabías de la existencia de esta carta? ─ Solté, directo y sin anestesia. La cabeza me daba vueltas.

─ ¿Qué haces con ella? ─ Se delató ella sola ─. ¡Lo siento! Juro que te la iba a dar.

─ ¿La has leído?

─ Tan solo el principio, y no llegué a entender mucho ─ su fina mano se posó en su antebrazo derecho ─. No leí todo, perdón. No quería invadir tu privacidad.

─ Léela ─ le tendí la carta. Tenía las letras de la carta clavadas en lo más recóndito de mi ser. De verdad dolía ─Adelante, léela.

Hazel la cogió y toda la carta pasó por mi cabeza.

Hazel la cogió y toda la carta pasó por mi cabeza

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Y encima tenía faltas de ortografía. Cosa que no aguantaba.

La expresión atónita de Hazel me tensaba aún más. Sin saber lo que hacía, cogí a Hazel del cuello y la besé. Pero no fue un beso suave. Fue un beso brusco, lleno de necesidad e ira.

Joder.

Mi mano seguía en su cuello, y la otra subió a la cintura ─ a la parte más baja ─. La estampé contra la pared y me separé un poco de ella.

Ella se fue, roja como un tomate, tras estar unos segundos mirándonos. Me quedé solo en el cuarto y suspiré.

El beso se sintió jodidamente bien. Besaba como los putos ángeles.

Entró a la habitación con una camiseta ancha y unas mallas que ese era su pijama.

─ Oye, lo de antes...perdón. Estaba muy frustrado y supongo que me puse nervioso.

─ No hay problema ─ seguía roja ─. Entiendo que estés así. Yo también estoy desconcertada.

─ Saldré por ahí. ¿Quieres venir? ─ Esperé que dijera que no. Por mi salud mental, lo esperé.

─ No, gracias, estoy muy cansada. Pero gracias por preguntar.

─ No hay de qué, descansa.

─ Adiós.

Necesitaba irme, estaba empezando a delirar.

Me largué por la puerta y estuve una media hora frente a la puerta del castillo pensando en el beso. En la reacción, en la manera que gimió cuando la agarré por el cuello, la manera en la que nos conectábamos, en todo.

Ella me iba a joder mucho la vida. Traté de calmarme a mí y a mis hormonas que estaban al cien.

Me pasé la mano por el pelo y caminé hacia el aparcamiento. Había unos dieciocho coches.

Tomé entre ellos, un BMW negro mate y me subí. Encendí la radio y volvió a sonar la canción que sonó el día que fuimos al bosque. El día que la puse nerviosa cuando le puse la mano en la pierna. El día que cruzaba las piernas y las presionaba cada vez que conducía con una sola mano. Esa emocionante tensión que había entre nosotros, esa relación de amor-odio que teníamos.

♕♕♕

Volví de la fiesta a la que asistí a las cuatro de la mañana, sobrio, pero con unas cuantas copas encima. Entré al cuarto y allí estaba ella. Dormida y abrazada a una almohada.

Me acosté junto a ella en cuanto me cambié de ropa.

Ella se despertó, al parecer notó mi movimiento.

─ Hueles a alcohol, Aaron. Te dije que no bebieras. Podrías haber tenido un accidente.

─ Relájate ─ puse mi mano en su cintura ─. Mírame.

─¿Estás bien?

─ Sólo dígnate a besarme de una puta vez, porque he venido antes para hacerlo de nuevo ─ la cogí del cuello de nuevo, con la intención de calentarla al igual que yo ─. No podré resistirme mucho más.

─ Aaron... ─ su voz sonaba ronca ─. Joder.

Nos besamos por una media hora. También nos toqueteamos entre beso y beso.

Esta chica me estaba volviendo loco.

─ Vamos a dormir ya ─ ella fue la que cortó el rollo, roja como un tomate. Sonreí cínico─. Buenas noches.

─ Buenas noches, princesita.

─ Me gusta que me llames así ─ admitió entre risas.

─ Lo sé.

¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora