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Hola! Vamos a hacer como que no llevo meses desaparecida por aquí ¿vale? Estoy saliendo de un bloqueo escritor horrible así que vamos a ir poco a poco. Ojala pudiera dar capítulos cada semana. Pero bueno de momento... ¿Qué tal si nos reencontramos con Melissa? Espero que os guste! Disfrutad <3 


MELISSA


Huele a brisa marina.

El sol calienta mi piel y unos brazos rodean mi cintura. Estoy tumbada sobre la piedra, escuchando las olas romper debajo de mis pies. Mi cuerpo se mueve delicado con cada respiración, lenta y profunda, relajada. Tengo los ojos cerrados, y la mente tan silenciosa como un domingo a la hora de la siesta.

Mi espalda pegada a un pecho, desnudo, piel con piel. Una posición tan familiar que podría vivir en ella para siempre.

Siento un cosquilleo en la punta de los dedos de la mano, que se entrelaza con otra mano, masculina y áspera. El metal de unos anillos enfrían mi piel en los puntos donde se entrelazan los dedos. Estoy en paz. Me atrevería a decir que estoy feliz. Parece un sueño.

Y lo es.

Porque no estoy en ninguna playa, no hay olas ni el sol calienta mi piel y la brisa proviene de la ventana, dejando que la luz del mediodía de un frio día de diciembre se cuele entre las cortinas. El cuerpo que abraza el mío es el de Logan y su piel desprende tanto calor que perfectamente podría convertirse en mi lugar favorito.

Lo echaba de menos, su tacto. 

Duerme relajado a mi lado, me giro para quedar frente a él sin dejar que su brazo deje de abrazar mi cintura y mientras lo miro, me doy cuenta que jamás había apreciado sus facciones tan de cerca. Por lo menos no estando enamorada de él. Por que lo estoy, estoy total y completamente enamorada de él.

Con cuidado deslizo mis dedos por toda su cara, empezando por la frente,  rodeo las cejas pobladas que enmarcan una mirada, a veces tan seria que parece estar enfadado, pero que esconde un corazón solo visible para quien sabe mirarlo. Paso las yemas de mis dedos por su parpados delicadamente y me fijo que tiene unas pestañas largas, tan largas que las envidio. Bajo por su nariz, recta, y llego hasta sus labios, unos labios con ese gesto tan suyo, pequeños pero perfectos, perfectos para besar los míos. Su lunar, debajo del ojo izquierdo en el pómulo, que se pronuncia con fuerza encima de una mandíbula cuadrada y marcada.

Los mechones rizados de su pelo, despeinados como siempre, caen sobre su frente, y siento la urgencia de acariciarlos. Porque llevaba demasiado tiempo soñando con poder hacerlo, y ahora estoy aquí. Justo donde debería estar.

Me acerco un poco más a su rostro y deposito un pequeño beso sobre la comisura de su labio, justo cuando este se curva y sonríe. Los ojos de Logan se abren poco a poco, y la luz del mediodía intensifica el verde de su iris. Me atrae más a él, tirando de mi cintura hasta quedarnos pegados el uno con el otro.

— Buenos días —pronuncia con la voz áspera de recién levantado, que me vuelve loca.

— Buenas tardes, querrás decir —vacilo un poquito.

— Días, tardes, noches... qué más da. Todos son buenos si lo primero que veo al despertarme eres tu.

Me besa y lo agarro de la nuca para profundizar el beso. Sus manos bajan hasta mis caderas y gira sobre su cuerpo para ponerme encima de él. Acaricia mis muslos mientras nuestros labios se separan.

— ¿Tienes hambre? —pregunta él.

— Mucha.

— Vamos, mueve el culo —y me da dos palmadas justo donde dice, entonces me muevo hasta quedar sentada en la cama y recoger mis braguitas del suelo.

— Déjame una camiseta porfa —pido mientras me recojo el pelo en una coleta dejando mi espalda al descubierto.

— Te prefiero así la verdad —y ahí vuelve esa sonrisa canalla que hacía tanto que no veía. Agarro un almohadón y se lo tiro a la cara mientras me río.

— Cállate y dame una camiseta —replico caminando hasta su lado de la cama. Aprovecho que está de pie para abrazarlo por la cintura. Antes de dirigirse hacía el armario, acuna mi cara entre sus manos y me da un pequeño beso en la frente. Mi primer instinto es cerrar los ojos, sintiendo cada latido que provoca en mi corazón. ¿Os acordáis de lo que hablamos de los besos en la frente?

Se que estamos en diciembre, pero no voy a molestarme en ponerme más ropa encima, porque estoy segura de que acabaría sin ella muy rápido. Así que únicamente con unas braguitas y una camiseta que me tapa lo justo y necesario, me dirijo descalza hasta la cocina.

— ¿Qué haces? Tengo hambre —digo viendo que Logan no ha salido todavía de la habitación.

Y un segundo más tarde escucho una melodía salir por los altavoces de la televisión.

Reconozco la canción casi al instante. Stand by Me de Ben E. King

He de reconocer que he bailado muchas veces esta canción estando sola en mi habitación. Cuando Logan por fin cruza el marco de la puerta que separa su dormitorio del resto de la casa, lo sonrío.

— ¿Cómo has sabido que me gusta esta canción?

— Ese es un secreto que no te puedo desvelar —su respuesta hace que le pegue un pequeño codazo y una risa escape de Logan.

— Venga dímelo —insisto. Logan pasa por mi lado con una sonrisa socarrona acercándose a la cocina mientras dice —En verano solías tararearla mucho mientras leías —. Esas últimas palabras provocan un tirón en mi estomago al recordar todo lo que sucedió en verano, y al parecer debo de expresarlo también con mi cara porque Logan tira de mi mano y pega mi cuerpo al suyo, colocando una mano en la parte baja de mi espalda. 

Con mi ojos clavados en los suyos, nuestros cuerpos empiezan a balancearse suavemente a los lados, siguiendo las notas de la canción. No puedo despegar mi mirada de la suya, porque una vez, más es hipnotizante. ¿Alguna vez habéis mirado a alguien y habéis sentido que estabais viendo mucho más? Puedes verte en su reflejo, pero ves futuro y ves hogar, vez amor y ves paz. Lo ves todo con esa persona y te das cuenta de que no querrías estar en ninguna parte del mundo que no fuera entre sus brazos, contemplando esos ojos para el resto de tu vida. 

Porque eres y serás solo por sus ojos.

Puedes esconder mucho dolor, pena o incluso secretos. Pero cuando encuentras a quien te sabe mirar... Los ojos hablan por ti y los míos estaban gritando de amor.

— ¿Logan? 

— Eternos.

Y si. Una vez más, mis ojos preguntan mucho antes que mis palabras. Y una vez más, Logan sabe leerme antes que a mis labios.

— Eternos — respondo yo. 

Sempiterno(1) {terminada} PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora