Tarareaba una canción mientras miraba por la ventana los edificios pasar.
Londres era una de las ciudades más grandes y exuberantes del mundo. Llena de vida y con un clima que por lo regular es frío.
Mire de nuevo la hora en mi teléfono. Quince minutos tarde.
-Josué puedes acelerar por favor.
-Esto es lo mas rápido que puedo ir. No es mi culpa que cierta señorita no se pueda despertar con el despertador que dura media hora sonando.
-El sueño ayuda aprender y debo dormir bien -dije con una sonrisa.
Mi chófer sonrió mirándome por el espejo retrovisor y negó divertido.
Mire como aceleraba y pasaba a varios autos dejándolos muy atrás.
Hola, no me he presentado, mi nombre es Alicia Fernández, hija de uno de los mas reconocidos empresarios de la cuidad. Mis padres Ameli y Alexandre Fernández.
Somos una familia normal, por así decirlo. Como cada familia existen las discusiones y los conflictos, pero tratamos de resolverlos siempre.
Ahora un dato importante sobre mi, no soy hija legítima de mis padres. A que me refiero con esto, bueno, me adoptaron apenas nací.
Resulta que el día que a mi madre le dijeron que no podía engendrar hijos, conocieron a una chica dando a luz, y pues esa chica no quería hacerse cargo de mi, así que mis padres me adoptaron -legalmente- y me convertí en su hija.
Les diría que hasta ahí quedó, pero no. Pues conforme fui creciendo se noto la gran diferencia de mi familia conmigo. Mis padres de cabello rubio con ojos miel, y yo... Pelirroja con ojos entre un verde y color miel. Y gracias a esa gran diferencia la gente empezó hablar. Y no solo eso, empezaron a inventar una "infidelidad" por parte de alguno de mis padres.
En fin, lo que es cuando la gente no tiene vida propia.
-Llegamos Alicia -dice mi chófer sacándome de mis pensamientos.
Tome mi mochila a mi lado y Josué me abrió la puerta ayudándome a bajar.
-Gracias, nos vemos más tarde.
-Aquí estaré esperándote.
Me colgué la mochila negra a mi espalda y camine con decisión.
Mire la hora en mi teléfono, media hora tarde, ya no me dejaría entrar a la clase.
Baje mi ritmo de caminar para que me apresuraba. Estaba a punto de entrar a la escuela mire a mis lados encontrando un chico.
Lo mire un poco más de la cuenta al ver que traía un bastón que lo arrastraba en el suelo. Era alto, cabello negro, labios gruesos y era demasiado, pero demasiado atractivo. Traía unos papeles en su mano y su mochila colgaba de su espalda. Y unos lentes oscuros tapaban sus ojos.
Sin darse cuenta llegó a los escalones y cuando quise advertirle tropezó.
Me acerque lo más rápido que me permitieron mis piernas y me agache recogiendo los papeles que se habían esparcido por el pasillo.
-Mierda.
Su voz.
Lo mire de inmediato y el estar más cerca de él pude ver esas pequeñas y apenas visibles pecas en su nariz.
-Ten -dije.
Extendí los papeles a él y los tomó sin importarle si se arrugan o no.
-Gracias.
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Blind Love
Roman pour AdolescentsEl; un chico que tiene una discapacidad, ¿cual? No puede ver, Ella; una chica como cualquier otra. Ambos son diferentes en muchos aspectos. Pero descubrirán que no solo se puede enamorar del físico, también hay otras formas de enamorarse, y otras f...