16: A Secret Place

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[2 años después]

Una brisa de otoño estaba omnipresente en toda la ciudad; hojas cayendo de esos toscos y grandes árboles cuales robles duros, cielo nublado pero extrañamente despejado pese a la estación. Faltaba poco para que oscureciera totalmente.

Pero esto a Siwon no le importaba.

Dejó de importarle todo hace tiempo.

—Recuerda que tienes una entrevista mañana y que debes re escribir dos de las canciones que te indiqué.

El mánager indicaba algo apresurado con sus palabras ante el trabajo en el que estaba sometido no sólo él, Siwon y su banda, la discográfica, todos.

Desde que aquel joven se estaba convirtiendo en un hombre dejó salir a la luz su mayor proyecto; Peace Sells' el crecimiento masivo de su popularidad estuvo por lo cielos y no bajó para nada en esos dos años, incluso con los escándalos y problemas en los que se metió.

Era irónico como alguien que era tan pleno y sonriente pasó a ésto.

Un hombre sumergido ante las sustancias nocivas y adicciones, a la tortura mental, y por supuesto, terriblemente estresado por su fama.

Más a todo esto que ya no tenía a su rival, Death, para que le hiciera frente a la monstruosa fama que se estaba construyendo. Era sólo él y nadie más. No era mentira tampoco que demasiada visibilidad ante su protesta convertida en música le abrumaba, no estaba acostumbrado en absoluto.

—¿Escuchaste lo que dije?

El manager miró nuevamente al artista; Siwon solo se dignó a girar su cabeza pesadamente asintiendo.

—Tienes que entender que ahora eres una super estrella. Así es la vida.

—Mierda, te dije que sí.

El más alto sobó su cabeza en forma de disgusto.

No estaba bien; no había dormido ni alimentado correctamente. Además que no estaba de humor con nadie, especialmente con su mánager después de haberlo sacado de otra disputa con otra banda, le había salvado el culo otra vez de los chismes y sacándolo bien parado de la situación.

Pero como era de esperar a Siwon no le importaba. Su comportamiento no afectaba a sus ventas realmente; pero personal y emocionalmente lo dañaban profundamente. Lo habían metido reiteradas veces a terapias, incluso a psiquiátricos para sobrellevar su depresión.

No obstante, eso sólo empeoró todo. Convirtiéndolo en un adicto a la marihuana y a la heroína. La cocaína solamente se la escondía en su habitación. No la disfrutaba del todo.

Su rostro estaba demacrado, pero su cuerpo era impecable. Nunca faltaba a sus sesiones en el gimnasio; era obligatorio mantener su imagen ante el público para que siguiera atractivo para los fans. Estaba en el contrato y no podía pelear con algo que se comprometió.

Sus amigos eran los únicos que estaban preocupados por el estado actual de el pobre hombre. Se imaginaban todos los escenarios posibles, pero éste era el último.

Y claro, el peor.

—¿Cómo estás? —Heechul que lo buscó con cierta impaciencia le dio un ligero abrazo.

—Me volvieron a rechazar las dos canciones que me faltan —exhaló agotado—, sinceramente ya no sé qué más escribir.

—Tranquilo...

Volvió a brindarle un cálido abrazo. Desde que Kangin se fue sin dejar rastro aparente lo cuidaba más de lo normal. Se culpaba constantemente por dejar que —a sus ojos, el aún pequeño Siwon— se encerrara en el mundo de las adicciones para continuar con su vida.

B. O. B Donde viven las historias. Descúbrelo ahora