𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 4

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Hoy era mi último intento, cite a Hanagaki a las 8 de la noche en un parque tranquilo y con un agradable ambiente, los nervios me consumían pero intentaba estar lo más tranquila posible

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Hoy era mi último intento, cite a Hanagaki a las 8 de la noche en un parque tranquilo y con un agradable ambiente, los nervios me consumían pero intentaba estar lo más tranquila posible.

Ya llevaba casi media hora esperándolo, pero el no llegaba, justo cuando estaba por darme por vencida y regresar a casa escuché su voz a mis espaldas.

—¡_____-san! Lamento el retraso, se me paso el tiempo y para cuando vi la hora ya era tarde, lo lamento— dijo Hanagaki inclinándose exageradamente.

—No te preocupes Hanagakai, esta bien, ¿Quieres dar un paseo?— le pregunte comenzando a caminar a su lado.

—Claro— acepto mientras ambos observábamos el hermoso lugar.

Estuvimos caminando y charlando durante unos minutos cuando decidimos sentarnos en un banco a descansar. Pasamos unos segundos en silencio, los suficientes para tomar el valor para decir lo que planeaba desde hace un tiempo.

—La luna esta hermosa hoy, ¿No lo crees?— pregunte sin flaquear en ninguna de mis palabras.

—¿uh? Si, esta bastante linda— respondió sin siquiera captar el doble sentido de aquella frase.

Con el corazón herido me levante de aquella banca para irme de ese lugar, no quería que el lindo chico del cual estaba enamorada me viese llorar.

—Muchas gracias por aceptar esta salida, Hanagaki-san, pero ya debo irme a casa, fue un gusto pasar este tiempo contigo— comenté inclinándome levemente ante el.

—No hay de que ____-san— murmuró el chico de enfrente.

Sin más que decir me fui de ahí con el corazón herido, pero aceptando que el corazón de Hanagaki no me pertenecía y no podía forzarlo a que me amara, no lo obligaría a corresponder mis sentimientos, tenía que aceptar y superar lo acontecido.

Al día siguiente en la escuela lo vi en la entrada hablando con Tachibana, la linda y amable chica que siempre estaba ahí para sus compañeros, y entonces lo note, algo que había pasado por alto todos estos meses.

Hanagaki y Tachibana estaban saliendo, era algo demasiado obvio, siempre estaban juntos y parecían una pareja por donde los vieras, ahora me sentía destrozada, le había estado mandando indirectas de amor a un chico quien ya estaba emparejado, me sentía como una basura de persona.

En el receso pedí hablar con Tachibana a solas.

—¡Lamento mucho mi impertinencia Tachibana-san, no fue mi intención coquetear con su pareja, lamento mucho mi osadía!— exclame a modo de disculpa por mi estupidez.

—¿Pareja?— pregunto esta con confusión.

—Si, he estado enviándole indirectas a Hanagaki, sin saber que el era su pareja, lamento mucho mi imprudencia, no volverá pasar— me disculpe por última vez para posteriormente irme del lugar.

De camino a casa solo podía pensar el lo estúpida que era por querer quitarle el novio a una persona tan linda como Tachibana, era una mala persona por eso, merezco que me rechazara.

Antes de poder seguir con mi camino un suave agarre en mi antebrazo me detuvo.

—¡____-san! La he estado llamando desde hace casi 5 minutos— se quejo el rubio agotado.

—Lo siento, iba distraída— me disculpe avergonzada por su agarre en mi antebrazo.

—Yo tengo algo que decirte— comento este algo sonrojado.

—¿Que sucede?— pregunte con curiosidad.

—Yo.... ¡Me gustas mucho, acepta mis sentimientos porfavor!— grito aquel chico avergonzado.

—¿Eh?— exclame confundida, se supone que tiene novia, por que hace esto a mi pobre corazón.

—Yo te amo, lamento no haberlo notado antes, ni haber notado todos esos lindos detalles que hiciste por mi, lo lamento. Y antes de que pienses que Hina es mi pareja, estas muy equivocada, ambos somos muy buenos amigos desde pequeños— aclaro este tomando ambas de mis manos.

—Yo..... no se que decir, siempre quise oírte decir eso y ahora que al fin lo dices no se como actuar— murmure sonrojada y con lagrimas queriendo bajar por mis mejillas.

— No llores, ____-chan, ¿Aceptas salir conmigo?— pregunto el chico sosteniendo mis mejillas y limpiando aquellas lágrimas.

—Si, me encantaría salir contigo, Takemichi-kun— en cuanto dije aquello, Takemichi me apretujo entre sus brazo mientras me hacía girar en el aire.

—¡Me haces el chico más feliz!— exclamó bajándome de sus brazos y besándome en los labios.

Sentía que flotaba por las nubes, el suave tacto de sus labios contra los míos hacia que mi corazón se acelerarse de una manera desenfrenada.

Al acabar aquel beso sus amigos y amigas salieron de los arbustos y comenzaron a felicitar al ojiazul por al fin conseguir novia.

Por mi parte, yo no podía estar más feliz por el grandioso día que había tenido hoy.

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𝐈𝐍𝐃𝐈𝐑𝐄𝐂𝐓𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐇𝐀𝐍𝐀𝐆𝐀𝐊𝐈; 𝑇𝑎𝑘𝑒𝑚𝑖𝑐𝒉𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora