Estoy aquí para ti.

7. Eres una celebridad.

Jin miraba de lejos a Jungkook, estaban en el gimnasio para prepararse para la siguiente pelea, el pelinegro se había negado a ir unas promociones, Jin a este punto se encontraba harto de su actitud de mierda.

—No sé cómo me metí en estos líos —Gruñó para sí mismo.

Quedaban seis peleas antes de la final, si en cada una iba a tener que ponerlo en su lugar prefería mejor ceder a su petición y mandar todo a la fregada.

Nam estaba hablando con él por tercera vez en el día, discutían para ser más exactos. Jin desde el lugar donde estaba no lograba entender a quien se referían, pero definitivamente estaba a favor de que todo aquello terminase. Había dejado de lado varios negocios para poder estar al día con las promociones de las peleas, pero el idiota de Jungkook convertía eso en un infierno.

—Esta será su última pelea. —Dijo Nam al llegar a su lado, estaba tan enojado que lo tomó por el codo con firmeza para sacarlo del recinto.

Jin sintió el agarre de forma brusca pero no sintió dolor. Nam era así, jamás lo lastimaba, al menos no físicamente.

—No entiendo por qué firmó el contrato, desde un principio debió negarse ahora es un maldito grano en el culo, ya suéltame idiota.

—Eso ya no importa. —Dijo Nam.

—Claro que importa ¿De que hablaban? ¿Qué me están ocultando? No te atrevas a mentirme.

—¿Qué yo te miento? —El mayor se empezó a reír con ironía —Creo que es mejor que nos vayamos, no estoy de humor hoy.

—Alto allí, ahora mismo quiero una explicación.

Nam que ya preparaba su escape se detuvo.

—Si tanto necesitas el dinero del maldito premio, deberás buscar otra manera de conseguirlo.

Eso lo ofendió, estaba harto de ellos dos y más porque parecía el único comprometido allí.

—Pueden irse los dos al carajo, no perderé ni un minuto más en esto.

Jin siempre había querido que Nam lo tratara como un igual, pero él siempre lo hacía sentir como un tonto, siempre pasaba lo mismo entre ellos por eso lo mejor era alejarse de nuevo.

—Olvídalo Namjoon Jodete.

—Jin espera. —Dijo el moreno. —No es mi maldita culpa que el idiota ese tenga problemas existenciales.

—No me importa ya, estoy harto de ustedes dos.

Jin entró a su carro y Namjoon le impidió que le cerrara la puerta.

—No quiero que te vayas, no así.

Jin ni siquiera se molestó en voltear.

—Jin...

—Buscaré dinero por otro lado tu lo dijiste.

—No te vayas, discúlpame por lo que dije.

—Vete al carajo.

Por supuesto en cuanto se distanciarán de nuevo no había manera de que Namjoon lo buscara de nuevo.

—Se va a rendir en el ring —confeso Namjoon.

—¿Cómo? —Jin lo volteó a ver incrédulo de sus palabras.

—Pues eso, le dije si va a rendirse que lo haga en el ring, que se deje vencer.

—Eso no va a pasar nunca. —Jin reía porque conocía el temperamento del pelinegro.

—Pues es la única forma de librarse de manera legal sin que tengas problemas por abandono de contrato. Ni siquiera deberías de saberlo para que no te comprometas.