La tristeza es mi verdad, y la felicidad
es mi mentira.ADELAIDA
Sus ojos se oscurecen cuando calan los míos, siento que la piel se me incendia por sus manos, el calor y toda la extensión de sus músculos sobre mi cuerpo.
«¡Por Dios! ¡No puedo seguir soportando esto!»
Jadeo inquieta en silencio, mi llanto no para.
Con la punta de su pene bordeando mi entrada, casi acariciándola dolorosamente. Mis mejillas están tan rojas que siento que exploto.
Esto no puede ser real.
No lo es.
No debería serlo.
Y, sin embargo, cuando mi mirada se cruza con los ojos apagados y absolutamente muertos de él, no sé muy bien si esto es real o si estoy atrapada en una pesadilla.
No se trata ni siquiera de la violencia con la que sostiene mis piernas, aunque estoy segura de que me romperá en dos si se lo propone.
«¿Y si mejor me doy un puto tiro ahora mismo?»
-¿Qué pasa? -tuerce sus labios -¿Odias a tu mente porque te gustó lo que hice?
-Nunca vas a gustarme.
-¿Por qué?
Mis instintos me piden a gritos que huya, pero sé que cualquier movimiento repentino podría significar mi muerte.
-¡Ya por favor! ¡No más joder! ¡No sigas!
Me muerde el labio fuerte y luego toma con sus manos mis nalgas levantándome hasta su comodidad.
-¿Te gusta cómo te estoy comiendo, Adelaida? -veo como pasa ambas de sus manos por mis pezones, tocándolos, apretándolos tanto como quiere.
-¡Púdrete imbécil!
-Esa boca...
-Jungkook, ya por favor... -me cuesta respirar -Ya no más... Te lo ruego...
-Dámelo... -gruñe en mi oreja. -Quiero cogerte, abre más las piernas para mí.
Mi cuerpo sudoroso me asquea, las cienes me explotan por la presión, el corazón me palpita y el enfermo se abre paso entre mis piernas. Ni siquiera me he recuperado y vuelve a penetrarme con ambos dedos.
Acaricia mi vagina gruñendo y siento como las piernas no dejan de temblarme.
Golpea mi nalga duro.
-Quiero que digas que soy tu señor ahora -dice con su voz jadeante.
-¡Me das asco! -le grito -¿Por qué no sólo vas tras de otra y la follas? Hay tantas mujeres en el mundo. ¡¿Por qué no sólo me dejas ir?! ¡Aléjate carajo!
-Sé que hay más... -me dice él con una voz entrecortada, mete sus dedos tan profundo que me duele demasiado -Pero te quiero a ti.
-Hare lo que quieras, pero por favor, ya no más...
-¿Lo que quiera? -asiento con temor -Que tus labios rodeen mi polla, eso es lo que quiero.
Me quedo paralizada, deseando que sea una pesadilla. Veo como se acerca hasta mis labios dejando mi intimidad en paz. Nunca, en toda mi vida, me había sentido tan asqueada como en este instante, y la única razón es por la frialdad de sus caricias. Son crueles, desprovistas de afecto alguno y total y absolutamente aterradoras.
-Puedo ponerte en cuatro para que te la meta en alguno de los otros agujeros, supongo que en los dos, sin un orden en concreto.
Ojalá esto fuera una fachada, pero en su tono de voz no hay ni pizca de falsedad. Este cabrón demente va a cumplir lo que promete sin pensarlo dos veces. Solo ahora me doy cuenta de la gravedad del lío en el que estoy metida.
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© Hasta Tu Último Aliento [JJK] (1)
FanfictionNo hay nada más peligroso que una sonrisa falsa y un apretón de manos firme...