capítulo uno

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Como de costumbre, Felix camina al parque cerca de su casa donde todas las tardes se junta con sus vecinos Christopher y Changbin, unos gemelos, bastante distintos, que llevan a su gordo perro a dar un paseo.

los gemelos son mayores a Felix y siempre
cuidan de él. cuando la madre de Felix trabaja por la noche en el hospital, le pide el favor a uno de los gemelos que cuidara de Felix y sus hermanos, ellos aceptan sin recibir nada a cambio. en realidad, los dos disfrutan estar con la pequeña familia del rubio, ya que, la de ellos está en Australia. ellos llegaron aquí para conseguir buenos trabajos al terminar sus estudios.

el rubio para sus pasos una vez en el parque, buscando con la mirada el cabello azul de Chris o tratando de escuchar los ladridos de pumba. pone una mano sobre la frente, tapando el sol que le impide ver con claridad. frustrado, alisa sus pantalones y se sienta en la banca blanca frente a él. no los ve por ninguna parte, tal vez se han atrasado un poco.

—¿qué se te perdió?— escucha a su lado, una voz grave.

alza la mirada y ve a un chico con cabello negro y largo, bastante conocido.

—Hyunjin!— chilla alegre. —estoy buscando a mis amigos, pero no los veo por aquí. ¿tú que haces?—

cruza las piernas, subiéndolas a la banca y
palmea el lugar de alado, para que Hyunjin se siente.

—Pasaba por aquí. fui a hacer unos trabajos a casa de un amigo y quise venir por un helado— explica.

el rubio asiente.

Felix conoce a Hyunjin desde hace algunos
meses. Hyunjin trabaja como recepcionista en el consultorio dental al que Felix asiste. la madre del rubio siempre lo deja ahí diez
minutos antes de cada consulta y vuelve otros diez minutos después terminada ésta. tiempo suficiente para que ellos platicaran de cualquier cosa. al de cabello largo le agrada la compañía del menor durante su trabajo porque es aburrido y el le distrae unos minutos.

A Felix también le cae muy bien Hyunjin, él le da paletas de colores después de salir del
consultorio, aún sabiendo que esas paletas sólo son para los niños pequeños. muy pocas veces se lo ha topado en el supermercado, Felix muy apenado levanta su manita y la agita levemente en modo de saludo, Hyunjin sonríe e igualmente ondea la mano.

—Cómo se llama tu amigo? si vive por aquí
seguro lo conozco— pregunta el menor, animado.

—Minho— dice —¿lo conoces?—

—isí, sí! tiene tatuajes bonitos y viene con un muchacho y luego se sientan a fumar en
ese árbol— apunta a un lugar específico y
efectivamente, ahí está Minho con su novio, Jisung.

Agita la mano, Felix, hacia dónde los dos están. ellos devuelven el saludo, sonrientes con los cigarrillos entre sus dedos.

El sol pega sobre el rostro de Hyunjin, bañandolo en un tono anaranjado. haciendo que sus ojos brillen y se noten de un color verde más claro. Felix piensa que son los ojos más bonitos que ha visto nunca. y él es un amante de observarle los orbes a la gente, porque ahí él podía notar si esa
persona era buena o no.

Nadie lo entiende, sólo en los ojos de Hyunjin veía calidez, dulzura y mucha confianza. siempre tiene una sonrisa sincera para regalarle a Felix cada vez que iba a sus consultas, una que otra vez algo cansada pero al fin siempre sincera y alegre.

un bulldog inglés, gordo y enano, se acerca
a ellos, olfateando las manos de Felix y
seguidamente las de Hyunjin. el pelinegro se alarma cuando el perro empieza a lamer sus manos.

—Tranquilo—dice Felix, haciendo un movimiento con la mano llamando así la atención del perro, atrayéndolo hacia él —es sólo pumba, el perro de unos amigos. no te hará nada ¡verdad, pumbi!— el rubio hace una voz graciosa, acariciando las orejas del cachorro y besándole la cabeza.

𝐐𝐔𝐈𝐍𝐂𝐄 𝐀𝐍̃𝐎𝐒 ʰʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora