Mas allá de las estrellas.

Erase una vez en un lugar muy, muy lejano un mundo llamado Sirio. Oculto entre las nubes de su galaxia, lleno de misterios por descubrir.

Cuenta su historia que hace infinitos años dos estrellas llamadas Piccola y Mandara bailaron una junta a la otra, girando entre sí hasta que del esplendor y brillo que derrochaban nació un planeta. Un mundo nuevo llamado Sirio. Al desgastarse las estrellas por bailar, de su belleza nacieron dos dioses; uno de estos creó los mares, océanos y todas la fuentes de agua. Las cuales eran turquesa azuladas y además el color inexplicablemente dejaba a cualquiera maravillado. Este dios se llamaba Ena y se convirtió en sirena, siendo la guardiana del mundo acuático.

A su vez el otro dios llamado Kalb se encargó de dar origen al cielo y a la tierra; creando montes, valles, planicies, montañas, volcanes y cordilleras.

Kalb poseía las alas de un pegaso y el cuerpo de un humano. Con el poder de sus alas atrajo a cinco lunas y un sol. Luego la fuerza de gravedad del planeta provocó que los animales de gran tamaño fueran pequeños y los de menor tamaño fueran grandes. Hasta ese momento todos convivían en paz pero llego un día en que Ena y Kalb se reunieron en un sector llamado cascada de flores y al pasar el arcoíris de la segunda luna la fuerza y poder de este hizo que la cascada se dividiera en dos. En el interior de esta se hallaba un pozón con piedras luna y brillo de estrellas. Ena y Kalb agregaron en el pozón los cinco valores existenciales conocidos como inteligencia, confianza, fuerza, sinceridad y equilibrio. Luego los mezclaron con los cinco elementos de la naturaleza; aire, agua, fuego, tierra y esplendor, y mágicamente al pasar diez segundos aparecieron los Sirinos; pobladores del planeta Sirio.

Estos habitantes descontrolaron el planeta y Ena y Kalb buscaron la manera de organizarlos y distribuirlos para lograr mantener la esencia del equilibrio, después de meditar la situación decidieron dividirlos en cinco manadas que se regían bajo el criterio de los valores existenciales y los elementos de la naturaleza. En la primera manada se encontraba la hermandad de la inteligencia y esplendor, en la siguiente la de la confianza y el agua, la tercera correspondía a la de la fuerza y el fuego, después estaba la de la sinceridad y el aire y por último la del equilibrio y la tierra. Cada manada tenía una fuente de energía que era una piedra representante del elemento vital de cada hermandad, también estas familias debían cumplir ciertas reglas, que tenían que ser siempre acatadas ya que la falta a una de ellas conducía al destierro. Las leyes de los sirinos eran las siguientes; una hermandad para toda la vida y no se permite ningún tipo de relación entre hermandades diferentes.

La mayoría de los sirinos no estaba de acuerdo con las reglas como fue el caso de dos jóvenes Sirinos que se enamoraron; ellos eran Bardaro hermano del fuego y la fuerza, y Merina hermana del esplendor y la inteligencia. El amor de estos dos sirinos fue a primera vista y luego de pasar un tiempo reuniéndose a escondidas decidieron enfrentar a los dioses y a sus leyes con el fin de disolverlas. La única forma de conseguir el triunfo era matar a los dioses con un golpe de piedra luna bañada en brillo de estrellas.

Esto no sería nada fácil ya que debían esperar el momento preciso en que pasara el arcoíris de la segunda luna para que la cascada de flores se dividiera y revelara su interior en donde se encontraban las piedras necesarias para asesinar a los dioses y así estos quedaran hundidos en el mágico pozón. Esto ocurrió en el trancurso de seis soles y nombraron al ansiado día Sollu, por lo demás todos lo habitantes coincidían y pensaban que lo sucido era correcto.

Por lo tanto Bardaro y Merina lograron su objetivo; se disolvió la organización de hermandades y los Sirinos se enfrentaron a lo hermoso del convivir y se relacionaron desde ahí en adelante con quienes querían y disfrutaron de su libre albedrío.

Y cada año en la fecha del acontecimiento, en el planeta ocurre una erupción de oro en el volcán Huru, que esta al lado de la cascada, y que según la cultura Sirina significa la ira de los dioses ocupada en escapar del pozón de la cascada de flores.