Gorgeous (KINKTOBER 2022)

Día 3: Admiración del Cuerpo

Steve no dejaba de verlas y culpaba a Tony por eso.

Eran un contraste interesante, podría ser lo suficientemente fuerte para levantar piezas pesadas de ingeniería o incluso poder construir desde cero una armadura y hacer mejoras para todo el equipo; luego estaba el hecho de que eran lo suficientemente delicadas para levantar una copa de vidrio o tocar el piano perfectamente.

Steve no podía dejar de ver las manos de Tony.

Y como no hacerlo, si cada vez que el castaño hablaba, usaba sus manos para explicar sus ideas, moviéndolas en el aire o quisas sosteniendo algo, una taza de café, un vaso con licor, su teléfono, alguna herramienta o... a Steve.

A Tony le gusta poner sus manos sobre Steve, ya sea sobre su hombro, después de alguna misión, brindándole algo de consuelo; sobre sus manos, cuando caminaban juntos por la calle, mostrándole al mundo que Steve era suyo; sobre sus brazos, comentando sutilmente lo grandes que eran y lo mucho que le gustaban cuando se flexionaban, mostrando sus músculos; sobre su cintura, bromeando de lo delgada que era en comparación a sus hombros; sobre su trasero, apretándolo mientras le susurraba cosas sucias que hacían debilitar sus rodillas.

A Steve le gustaban las manos de Tony.

Steve es un artista, por lo que dedica demasiado tiempo en observar los detalles. Steve podía ver las manos de Tony de manera estética, en lo largo de sus dedos y como se movían, cuando manejaba los planos holográficos de su taller o cuando escribía cálculos sobre su nuevo proyecto. En las uñas perfectamente recortadas y misteriosamente bien cuidadas, a pesar de todo el trabajo que hacía, se fijaba en las cicatrices que Tony tenía en sus manos, de pequeñas cortaduras, quemaduras o algún otro accidente en su taller, notaba las venas marcadas en sus manos y brazos por la cantidad de trabajo pesado que el castaño hace.

A Steve le gustaban las manos de Tony y Tony lo sabe.

Para Tony, Steve siempre fue como un libro abierto, por lo que no fue difícil para el castaño notar la nueva fascinación que tenía Steve.

Steve sabe que Tony sabe que le gustan sus manos.

Sabe que Tony se aprovecha de esta nueva debilidad porque no puede explicar de otra forma el por qué Tony es tan bueno con las manos hacerle esas cosas como las de ahora hace, a menos que sepa el secreto de Steve.

—Arrodíllate en la cama— Susurra Tony, cerca de los labios de su pareja.

Steve asiente y cumple con la petición de Tony. Se arrodilla cerca al borde de la cama, dejando que sus manos descansen sobre sus rodillas. Tony se acerca al rubio, es ahora un poco más alto, por lo que Steve sube la mirada para encontrarse con los ojos del castaño, Tony puede observar como las pupilas de Steve se dilatan, indicando claramente la adoración que siente por él.

Tony sonríe, no puede evitar hacerlo cuando tiene a Steve está cerca. Pasa sus manos por el cabello perfectamente peinado, los dedos recorren la cabellera rubia, acariciando suavemente y despeinando a medida que siguen su camino. Luego deja que su mano baje un poco más, pasando con ternura las yemas de sus dedos por la mejilla de Steve, llegando a su boca, donde se detiene un momento, pasa el pulgar por el labio inferior jalando suavemente obligando a Steve que abra la boca. Steve saca lentamente su lengua, pasándola sobre el dedo de Stark, pero Tony solo se aleja y el rubio emite un sonido de disgusto. Steve piensa en moverse de su sitio y poner los dedos de Tony en su boca, pero se detiene en cuanto el castaño le habla.

—Quédate quieto y pon tus manos atrás— Ordena Tony.

Steve, con algo de desgano, obedece a Tony, dejando que sus manos descansen sobre su trasero. Tony sonríe, y despacio empieza a desabotonar la camisa celeste que trae Steve, sus dedos rozan adrede el pecho del rubio. Cuando termina su trabajo, acaricia el abdomen de Steve subiendo con lentitud, pasando por el sensible pecho y llegando finalmente a los hombros, donde sosteniendo con delicadeza la camisa, la baja por los brazos de Steve, dejando que se amontone sobre sus muñecas. Regresa su recorrido, pasando sus dedos sobre los brazos de Steve, pasando sus uñas sobre la piel, dejando una marca que solo tratara unos segundos en desvanecerse, pero permitiendo que el rubio se estremezca.