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En lo único que podía pensar Luzu era en su querido Quackity, Luzu sabía que estaba completamente enamorado de aquel mexicano.

A pesar de que Luzu tenía 17 años, gracias al permiso de su madre, tenía un apartamento a su nombre en el cual empezó su vida de independización, su madre estaba orgullosa de su hijo por haberse permitido tal cosa.

Últimamente los dos eran muy unidos, Luzu cocinaba para Quackity todo los días porque sabía que el menor no tenia que comer, Quackity se quedaba a dormir en la casa del Castaño o siempre entraba a esta sin permiso, incluso había ropa de el azabache tirada en el depto de Luzu, se la pasaban juntos todo el día. Todos sus amigos se dieron cuenta de eso, ya que, cada que iban a visitar a Luzu el menor se encontraba siempre ahí en incluso en el instituto se la pasaban juntos.

Para Luzu eso no era una molestia, al contrario le gustaba la compañía de Quackity, amaba escucharlo hablar de cualquier chisme de esa ciudad, del colegio o simplemente de cómo le fue el día, amaba aquellos coqueteos que se lanzaban en broma, amaba esas alitas de patito que tenía, amaba su acento y amaba en lo infantil que llegaba a ser, amaba ver la cara emocionada de Quackity cuando le regalan cualquier cosa, amaba su risa, su sonrisa, sus ojos, esa cicatriz que para Luzu, se veía bien sexy, amaba que Quackity sea muy diferente a el, ya que, el era la parte que faltaba a su corazón para completarlo.

Luzu se le quería declarar a su querido Quacks. Una cita sencilla después del instituto, un picnic en el césped de aquel parque que tenía una gran vista a la ciudad.

Sin embargo, Justo cuando lo iba a invitar, un tal Sapo-Peta lo había invitado a salir a un concierto de la banda favorita del menor, éste se veía muy feliz y acepto sin dudar. Luzu pensó que era mejor invitarlo otro día, pero Sapo-Peta se encargaba que no pudieran ni hablar, incluso Quackity no contestaba los mensajes, así que frustrado y cansado por un largo día de trabajo,  se acostó en su cama y mirando al techo pensó en que podría hacer, mientras un mensaje llego a su teléfono haciendo que el castaño leyera pensando que sería de Quackity.

Era de Sapo-Peta.

Luzu, Quackity me menciono que tenía unos amigos geniales, en el instituto no coincidimos mucho, espero algún día conocerte a ti y a tus amigos.”

A Luzu no le molestó ese mensaje, fue el que llego después de ese el que lo hizo molestar.

“No sabía que Quackity besaba también.”

No sabía quién era ese Sapo-Peta, pero con un solo mensaje hizo que Luzu pasará de estar partiéndose la cabeza por el menor a estar literalmente fundiéndose por los pensamientos no sanos que pensaba de si mismo.

Y odiaba muchísimo esos pensamientos acerca de sus defectos por culpa de palabras de los demás.

Sabía que si Quackity tenía una relación  con una persona que no fuera el, estaría completamente dolido, pero de igual forma le desearía mucha suerte y prosperidad a esa relación.

Después de todo Quackity aún era su mejor amigo y el quería lo mejor para su amigo.

Y mientras su pequeño Quacks este feliz, a él le bastaba eso.

Al salir de su turno del Trabajo, Fargan escribió al grupo de WhatsApp, avisando que se confirmaba la Salida al Café que recién inauguraron.

Luzu no quería ir, sabía que Quackity iba a ir, pero el pegoste de Sapo-Peta iría también solo por estar pegado a Quackity.

Luzu llegó a su depa para luego darse una pequeña y rápida ducha, para luego vestirse con unos pantalones jeans negros rasgados, junto a una camisa de botones negras la cual se metió dentro del pantalón y se desabrochó dos botones del cuello, se puso unas botas negras y algunas cadenas y anillos.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2022 ⏰

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