3.- Días lluviosos

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Octubre es un mes bastante agradable, llegan las suaves brisas otoñales que te soplan en el rostro, el tono anaranjado en los arboles, las hermosas lunas que salen en este mes. Definitivamente era lo mejor ese mes.

Además de todo lo anterior es un mes en el que las lluvias se hacen más presentes, creando un ambiente húmedo.

Me gustan bastante los días lluviosos en los que se crean esos charcos de agua y salen algunos arcoíris, el olor de la tierra húmeda y el roció en las flores.

Lo disfruto bastante.

Sin embargo conozco a alguien que detesta los días lluviosos.

Mi novio Craig es alguien extraño a quien no le gustan los días lluviosos.

En esos días puedes observar al pelinegro de malhumor ya que por las noches el cielo se nubla evitando que este pueda apreciar bien la luna y las estrellas. 

Pensaba que esa era la única razón por la que mi novio rechaza los días lluviosos pero con el paso del tiempo juntos me di cuenta que además de los días lluviosos tiene cierto temor a las tormentas eléctricas.

Es un poco bobo pero lo entiendo.

Es un miedo bastante común.

Sin embargo no es un miedo que pensaría que tiene alguien estoico como Craig Tucker, ya saben lo que dicen hasta las personas más valientes tienen un lado débil.

Creo que es una debilidad tierna en él.

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Hoy es uno de esos días.

Craig vino de visita por la tarde para jugar un rato a la consola sin embargo una repentina tormenta comenzó.

Los primeros truenos hicieron esconderse a Craig bajo las mantas de mi cama. Era algo adorable de ver.

Las suaves gotas golpeaban mi ventana, la humedad comenzaba a hacerse presente, un suspiro de satisfacción salió de mis labios.

Era el clima perfecto para estar abrazado de alguien.

Mi alguien es mi asustado novio quien se aferraba a las sabanas y almohadas.

Me acerque a mi cama justo unos minutos antes de que la luz se apagará.

Craig temblaba, mi corazón se conmovió por él.

Algo que me gusta que él haga por mi es abrazarme y sujetarme sobre su pecho en los momentos que mi ansiedad me consume, el escuchar sus calmados latidos de su corazón me relaja, las suaves caricias a mi cabello me adormece y sus palabras tranquilas me dan seguridad.

Me escabullí entre las sabanas para verlo apretar sus ojos, mis brazos lo jalaron hasta mi, me enrosque a el como una pequeña serpiente.

El pelinegro no abrió los ojos ni por un momento.

-Todo esta bien Craig, estoy aquí- lo sostuve entre mi pecho un momento.

Enseguida sus manos se agarraron de mi, abrazándome por fin.

-Por favor no me sueltes hasta que termine- dijo bajito.

Tararee, mis manos se dirigieron a su chullo para quitarlo, su espeso cabello cayo, su respiración se calmo, más que tocar su cabello acariciaba su nuca.

Un estruendo se hizo presente, haciendo que el pelinegro se enganchara a mi.

Me moví un poco para apretarlo hacia mi, su temperatura corporal era perfecta.

Mis frías manos fueron atrevidas al escabullirse entre la camiseta del pelinegro, quien se estremeció por las intromisión, mis pulgares hacían círculos en sus omoplatos.

Un escalofrío recorrió al chico más alto.

-Tweek, eso me da escalofríos- dijo sonrojándose.

-Solo un poco más- siguió haciendo círculos.

Los ojos verdes se despegaron del pecho del ojiazul, su mentón se recargo en el pecho de este, observando como Tweek estaba en un estado de relajación absoluta.

Se recorrió un poco más hacia enfrente para quedar frente a frente.

El rubio abrió sus ojos ante el movimiento, otro estruendo se escucho.

Sonrió levemente al asustado chico.

Sus manos salieron de la espalda del chico para dirigirse a su rostro.

Una suave atracción hacia sus labios fue bien recibida.

El beso lento y tierno había comenzado, las caricias entre sus labios era relajada que los adormecía.

Tweek solo se acomodo junto a Craig en su cama para tener mejor acceso a sus labios, ambos estaban acostados en cama mientras se abrazaban y besaban.

Los chasquidos de los picoteos que se daban resonaban en la habitación.

Un rayo por fin apareció estremeciendo al pelinegro de nuevo.

Tweek convirtió su perezoso beso en un beso más profundo.

Sus lenguas se enredaban y sus inquietas manos se toqueteaban.

Una sesión de besos calientes después, se dieron cuenta que por fin la tormenta se alejaba.

-Mmm Tweek ngh- el rubio ansioso beso su cuello.

-Uhmn- dijo entre los pequeños besos y mordiscos que hacía.

-La tormenta se esta llendo ahh~- gimió bajito al sentir como los labios de su novio  chupaba un lado dulce de su cuello.

Los perezosos ojos del rubio por fin se dignaron a encontrarse con los verdes del pelinegro.

-Umm ya veo, mis servicios ya no son requeridos- dijo juguetón.

-Sabes que no es eso- dijo nervioso el otro chico- es solo que esto ya esta escalando- termino mientras ponía un poco de espacio entre ambos.

-¿No te gusta?- froto su nariz en la curvatura del cuello del otro chico.

El pelinegro se limito a abrazarlo fuertemente.

-Sabes que si, me siento agradecido por tu preocupación hacia mi y ya sabes por distraerme un poco- agradeció mientras arrugaba la camiseta del rubio.

Tweek solo dio una sonrisa suave ante tal declaración.

-Te amo tigre- dijo.

-Yo igual cariño- repartió pequeños besos por su mandíbula.

El rubio solo se acomodo más entre las sabanas, tapando con él a su novio.

Ambos se sonrieron mientras se abrazaban y llenaban de pequeños besos.

La tormenta era olvidada cuando se trataba de muestras de afecto entre la pareja.

Craig quizá con el tiempo pueda superar su miedo sin embargo mientras tanto tendría a su amoroso novio quien le distraería de los días lluviosos.



CREEKTOBER 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora