Comunmente pensamos en la gente que nos hace felices y vamos a ellas continuamente esperando recibir el mismo cariño que nosotros les brindamos, ¿realmente estoy recibiendo suficiente amor?, ¿realmente estoy dando lo que merecen?, ¿porque no es suficiente?.
Constantemente me meto con personas que no me aman sino que se obsecionan, no estoy mal con eso hasta que todo se torna oscuro y sin brillo, el interes de va y comienza el amor enfermizo que tanto odio y amo al mismo tiempo, es como si un cuchillo atravesara con fuerxa mi pecho sin dejarme oportunidad de escapar de alguna forma, como si todo no pudiera terminarse por la fé que le tengo a esa persona o la fé que le tuve a esas personas sin siquiera conocerlas.
Lucy, le habia conocido gracias a algunos amigos en común, era una persona alegre, una persona dulce, una persona que era agradable para quien le conociera y no habá casi nada que le hiciera sentirse triste, aún asi es a mi a quien miro en esos momentos, me arrepiento de eso, que me mirara, que me tuviera, que me matara. Lucy era un angel para mi, mi padre recien fallecido y su compañia que me hizo sentir que había algo por lo cual seguir adelante apesar de la reciente perdida en mi corazón y vida, ella y yo comenzamos a ser cecanos y a jugar todo el tiempo, eramos como almas gemelas unidas en el mismo universo donde no había nadie mas que nosotros pero ¿cuanto duraria?.
-Hola, ¿como estas?,¿quieres jugar un rato por llamada?- esas palabras vienen a mi mente con fuerza pues era lo que mas haciamos juntos, jugar juntos un tonto videojuego solo para hablar por horas, solo nosotros dos sin nadie mas en el mundo que molestara nuestro lugar seguro, nadie mas que nos hiciera separarnos, no había nada externo a nuestro al rededor que nos hiciera darnos cuenta de nuestro enfermizo amor.
Mi madre decidió llevarme al psicologo pues necesitaba superar la muerte de mi padre, sin embargo, ya le había superado al tener a Lucy a mi lado, no necesitaba nada mas que a Lucy y su cariño para ser feliz, eso creía.
Empezando a ir con el psicologo, me hizo ver que lo que tenía con Lucy no era necesariamente malo pero necesitaba centrarme en mi, en lo que yo quería, en tiempo par ami familia y tiempo para actividades propias en realidad, siempre dejaba ir reuniones u ocaciones donde no pudiera tener acceso a internet pues necesitaba a Lucy, le necesitaba como necesito respirar, pero al momento de darme tiempo para mi me di cuenta que Lucy se alejaba de mi, conseguia otros amigos, y otras personas que le daban el tiempo que yo le estaba quitando por darme tiempo a mi, ¿entonces nuestro amor no era fuerte?.
-Ellos son mis amigos, te los presento- sus palabras se sentian heladas, como el hielo, frio absoluto donde no tengo nada más que un vacío que no puedo llenar ya que Lucy me ignoro, Lucy decidio ir por alguien mas y no por mi, entonces empiezan mis momentos oscuros, quería de regreso a mi Lucy, a mi dulce amiga con quien pasaba mi tiempo y mi vida.
Con frialdad mire el borax, mismo que tenia en mis manos, frente a mi un humilde café preparado con las mismas manos donde ahora poseia aquella sustancia toxica para el ser humano, mire la pantalla de la computadora viendo las terribles conversaciones entre Lucy y yo, las lágrimas recorrian mis mejillas ¿realmente quería hacer esto?, me preguntaba mentalmente de forma constante meintras vertia aquel polvo sobre mi tan amado café, el vacío en mi pecho era enorme al igual que mis ganas de tener a Lucy a mi lado, sentir que alguien me amaba y no me dejaban como un ser humano solitario en el mundo que me rodeaba. Tras vertir aquel polvo tome el café con cierta agresividad en mis manos y di un fuerte y grande trago a aquella taza que con tanto cariño me regalo un amigo cercano, el sabor del café era extraño, era algo metalico, un sabor sumamente desagradable pero eso solo me hizo seguir, quería estar en un mundo donde Lucy me amara.
Mis ojos llorosos veian vaciamente la pantalla de la computadora, di un pequeño suspiro sabiendo que Lucy no sabría de aquel incidente en contra de mi propia vida, encendí el celular en espera de que un milagro le hiciera saber a Lucy que no estaba bien y le necesitaba, tal vez aun esperaba que viera aquellos estados pasivo agresivos en los estados que WhatsApp que había subido para ella, sentía nauseas y poco a poco el deseo de morir iba agotandose, y los mensajes de Lucy seguian sin aparecer en aquella pequeña pantalla del celular, mensajes que tanto esperaba, en cambio un amigo cercano me envio mensaje, fue sospresivo pues no solía hablar con nadie fuera de Lucy, senti esperanza por un segundo. Aquel amigo me pregunto si estaba bien, a loq ue respondí que estaba roto, no solo emocional sino mentalmente, di el numero de mi madre en ese momento, las llamadas desesperadas hacia mi madre hicieron que ella se percatara de mi pequeño incidente emocional.
Mamá me miro con lágrimas y preocupación, se preguntaba porque alguien con una sonrisa grande y con tanto ego de repente habia intentado suicidarse por no sentirse amado, no, se sentía amado pero no por quién quería ser amado, una llamada a una tía cercana hizo que me percatara, estaba muriendo pero no moría por la sustancia en mi cuerpo, moría por el desinteres y lo poco que le importo a Lucy, moria por su amor, moria por su frialdad, moria por ella y por nada. Mi tía no tardo en llegar a mi hogar, mismo donde mi acto enfermizo de amor había sido hecho pero mismo del que me había arrepentido.
Con mil pensamientos en mi mente subí al auto, yendo al primer hospital pues necesitaban sacarme aquella sustancia del cuerpo, las voces preocupadas de mi familia hicieron un resono en mi mente, solo podía pensar en que hice mal para que Lucy no me amara más, solo pensaba en porque tenía que llegar tan lejos para saber lo poco fuerte que era nuestro amor y cariño, necesitaba Lucy cono necesitaba el aire, sentia mis vias respiraorias ligeramente tapadas pero no era por el Borax, era porque quería gritar, quería gritar todo lo que sentía y no podía hacerlo solo podía mantenerme en silencio. Al bajar del auto en el primer hospital mi primer pensamiento fue Lucy, ¿estaría preocupada?, ¿me estaría enviando mensajes?, entre al hospital y el doctor me miro -¿Qué tomaste?- preguntó a lo que seguro de mi mismo y de mis sentidos respondí -Borax- el medico confuso gestiono una nueva pregunta -¿Porque lo ingeriste?- y entonces me lo pregunte también, ¿lo ingeri por Lucy o porque estaba en un arranque de celos, distorción u odio a mi mismo por alejar a quien mas amaba?.
-Quería suicidarme- respondí sin emoción en la voz, era más como responder una pregunta en la escuela, una pregunta que no quieres responder debido al miedo y a la timídez que sientes al sentirte observado, así me sentía, sin sentifo absoluto para responder de forma correcta pero aun respondiendo. El medico inmediatamente nos hecho diciendo que no podía atenderme debido a esa razón, esa fue la primera vez que sentí que alguien no se preocupaba por mi, no, ya era algo que sentía habitualmente y aún así senti una decepcion enorme en mi corazón.
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I love you like an alcoholic
Teen FictionUna relación de amor puede soportar muchas cosas, pero ¿realmente es así?