Epílogo (Parte dos)

3.2K 260 39
                                    

Arabella se hizo en la parte de atrás de las de más mujeres que esperaban ansiosas a que Cora lanzara el ramo para ser una de ellas la afortunada, pero ella no tenía ni la más mínima intención en atrapar el ramo ya que no se visualizaba estando casada con alguien, inclusive si ese alguien se trataba de Logan. Un lazo tan fuerte como el matrimonio no tenía ningún significado importante para ella.

Y es que aun con los meses que habían estado juntos, aun se sentía muy insegura de sí misma. No solo era su apariencia, porque su rostro había quedado marcado desde aquella vez en la que, cansada de vivir, decidió hacer algo por ella misma, sino también porque se sentía muy poquita cosa a su lado. Logan era un hombre muy atractivo, decidido y amoroso. Él podía tener a cualquier mujer a su lado, por lo que ella se conformaba de tenerlo de su mano así su relación pareciera más de amigos que de novios.

Se sentía tan temerosa ante cualquier experiencia nueva que él le hacía vivir. ¡Ni siquiera había sido capaz de pasar más allá de un beso y un cálido abrazo! Era cuestión de tiempo para que él se aburriera de esperarla y empezara a buscar una verdadera mujer que le entregara todo eso que ella no podía porque su temor era más grande que el amor que Logan le profesaba. Arabella estaba muy segura de que él se iría de su lado, por lo que tomar el ramo era como darse una puñalada ella misma al corazón.

Tratando de quedar apartada, se acomodó y miró a Logan de soslayo mientras este hablaba con una mujer de grandes atributos, así como a él le gustaban. Ella se miró de arriba abajo y suspiró para sus adentros. No era ni la mitad en comparación a aquella mujer, pero ¿de qué le servía su físico si nunca iba a apreciarla en su máximo esplendor? ¿Por qué le afectaba tanto que otra mujer se le acercara y, visiblemente, le coqueteara?

Enamorada estaba y ella ya no lo podía negar por más tiempo, pero no entendía por qué sus miedos e inseguridades aparecían de un momento para el otro y cuando mejor se sentía. A pesar de que él le decía cada día lo hermosa y perfecta que era ante sus ojos, Arabella temía y se preocupaba al saber que no era una mujer completa.

Se mordió los labios y sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos tan negativos de la cabeza. Su terapeuta le había aconsejado siempre pensar en positivo y nunca dejarse llevar por los defectos y lo malo de sí misma. ¿Qué ocurría con ella ahora? Después de largos meses de terapia, no debía de afectarle absolutamente nada.

Estaba tan sumida en sus pensamientos y en su lucha interna, que no se dio cuenta de nada a su alrededor sino hasta que el ramo golpeó en su cabeza y aterrizó a sus pies. Una de las gemelas, prima de Logan, recogió el ramo y se lo extendió con una sonrisa de oreja a oreja.

—Haznos un favor, Bell. Cuando le tengas la soga en el cuello al imbécil ese, asegurarte muy bien que no respire ni un poco — le dijo Sally.

—No quiero el ramo — se apresuró en decir Arabella, rechazando el ramo—. Quédatelo tú.

—El te escogió a ti.

—Oh... — soltó una risita nerviosa—. No quiero casarme, así que es mejor que te lo quedes.

—Es mejor quedarnos solas que con esos idiotas, ¿no crees? — Sally le lanzó el ramo a su gemela y todos rieron—. Muérete tú con ese hombre que dice amarte, mi repetida favorita.

A la distancia de ellas, Logan observó la escena con cierta incomodad en el pecho y se preguntó por qué razón su bella no había aceptado el ramo. ¿Se sintió presionada al tomarlo? ¿De verdad no quería casarse? ¿O solo se trataba de timidez y vergüenza? Un sinnúmero de preguntas cruzó por su mente en una pequeña fracción de segundo, pero la más importante no lograba comprenderla: ¿por qué se había alejado de todas las mujeres y se había hecho a una esquina de ellas? ¿No le agradaba la idea de casarse... sin importar que no fuera con él?

Cautivando tu corazón[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora