Megara

180 16 23
                                    

No van a oír que lo diga, no, no.

—¡Ya ríndete! Tu sonrisa es de amor.

—No insistan más. No diré que es amor.

El montaje del musical de “Hércules” avanzaba a pasos agigantados y por fin había llegado el momento de trazar la canción favorita de Rodri. Encargándose de interpretar la melodía en el piano, el músico puso su alma y corazón en los ensayos de ese día, acompañando a su compañera vocal, Bely, quien era la encargada de interpretar a Megara en el musical.

—¿Estamos de acuerdo en que Rodri se robó el protagonismo de hoy? —mencionó Clara antes de beber un poco de agua de su botella.

—Por supuesto que no, Bely se llevó el show con su interpretación.

—Te equivocas Rodri, me opacaste por completo y ni siquiera cantaste —respondió la actriz.

—Solamente toqué el piano.

—Viviste la canción y no digo que esté mal, pero sí nos sorprendió lo mucho que te entregaste en este ensayo a comparación de los anteriores.

—Si no fuera tu hermana, podría jurar que te identificas con Megara tratando de negar su amor por Hércules —comentó Clara para observar detenidamente al mayor—. Ay, qué tonta —exclamó llevando una mano hacia su frente—, olvidé que realmente te identificas con ella.

—¡Baja la voz! —reprendió el músico, pasando su vista por todos lados para asegurarse de que nadie de la compañía haya escuchado a su hermana—. La canción me gusta, ¿de acuerdo? Solo se trata de eso.

—No lo sé Rodri, al igual que Megara, niegas constantemente tus sentimientos. Tal vez deba cederte el papel.

—Belén, por lo que más quieras, no te unas a los juegos de Clara.

—No lo hago, solamente comparto la misma opinión por la obviedad de las cosas —respondió para cruzarse de brazos—. Claramente vemos que lo quieres y lo extrañas —canturreó con picardía uno de los coros de la canción.

No lo aceptaremos, date cuenta que lo amas —se unió Clara.

—Por favor, no.

Las dos mujeres intercambiaron miradas antes de asentir para cantar al unísono.

Trata de admitirlo, tienes que aceptarlo. ¡Muy enamorado estás!

—¡Ya cállense! —pidió Rodri mientras las dos chicas se carcajeaban—. ¿Cuánto más van a seguir insistiendo con esa tontería?

—Hasta que tú aceptes que es verdad —respondió Bely esbozando una sonrisa—. Mi querida Megara, estás que te derrites por Hércules.

—Pero eres tan testarudo que te aferras a la oración “no es amor, es amistad” —añadió Clara al tiempo que rodaba los ojos—. ¿Qué te cuesta admitir que estás enamorado?

—No lo estoy, no me interesa tener una relación y ya estoy cansado de que a la mínima oportunidad que tengan se la pasen atosigándome con el tema.

—¿La princesa y la musa te están molestando?

Rodri sintió un escalofrío al escuchar la voz de Pascu detrás suyo, asustándose al grado de dar un pequeño brinco en su lugar.

—¡Hércules! —saludó Bely—. Casualmente estábamos hablando de ti.

—Tratándose de ustedes dos, lo más probable es que me hayan tirado veneno a mis espaldas.

—¿En qué concepto nos tienes, Álvaro? —preguntó Clara fingiendo sentirse ofendida—. Por cierto, ¿qué opinas del ensayo de hoy? Se lució mi hermano, ¿verdad?

MegaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora