Dolor fisico

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El primer hospital, realmente crei por un segundo que estaría en el y que me atenderían, nuevamente mis pensamientos eran sumamente erroneos. Volví a subir al auto de mi tía sin saber a donde iriamos ahora, entonces asistimos al siguiente hospital, al llegar estuvimos una hora o algo así en ese lugar, el servicio medico no quería atenderme, me sentía preocupado y no por la sustancia en mi cuerpo sino por lo que pensaría Lucy de mi cuando regresara y pudiera ver sus mensajes, ¿estaría preocupada?, ¿estaría asustada?.

Finalmente después de pagar algo al hospital (la generosa suma de 748 dolares) me pasaron a consulta, una vez más un medico estaba frente a mi haciendo preguntas que no queria responder -¿Porque lo ingeriste?- nuevamente esa estupida pregunta, nuevamnete respondí lo mismo que antes, porque quería morir, el medico me miro -¿cuanto consumiste?- esa pregunta hizo ruido en mi cabeza, no tenía la menor idea de cuando habia consumido de aquella sustancia. Mi madre miraba preocupada al medico -¿Ya has intentado suicidarte antes?- esa pregunta del medico resono en mi cabeza, con sinceridad respondí -Al menos unas 7 veces-, mi madre probablemente se sentía mal con esa información, aquel medico me dejo salir de su sala de consulta pero no para ir a casa sino para internarme en el hospital en ese mismo momento.

Una enfermera se acerco a mi con un suero y con alguna mesa cuyos contenidos desconocia totalmente, me pidio mi brazo a lo que se lo extendí pero las lágrimas comenzaron a salir solas al ver una aguja, sentía el dolor de que me sacaran sangre en esos momentos, también sentía como metian una aguja en mi brazo izquierdo para el suero, afortunadamente paso rápido, seguramente la enfermera estaba acostumbrada a ver jovenes llorar por las agujas o inyecciones, era una fobia sumamente común a mi parecer. Estaba en una camilla en la sala de emergencias, apenas y tenia una manta que me había dado una enfermera con aspecto amable mismo que no era solo aspecto, era amable y calida conmigo, tal vez porque tenía 16 años en ese momento.

Una enfermera o tal vez era un medico, jamas lo sabre con certeza se acerco a mi con algunas cosas, iban a hacer un lavado de estomago para sacar toda la sustancia mala que habia consumido junto a mi café, mire con susto una pequeña manguera, ella me pidio que hiciera el acto de tragar cuando me lo indicara y así fue como comenzo a meter un tubo por mi nariz hasta mi estomago, era una sensacion rara y molesta al inicio (después fue un mas molesta), mientras metían aquel tuvo un enfermero vino, uno mas pues una muestra de mi sangre habia salido mal o algo parecido por lo que tenia dos grandes dolores en ese momento, sin contar el dolor que me causaba no tener a Lucy en ese momento los otros dos eran un tubo en la garganta y el otro de una aguja atravesando mi piel para sacar más sangre de mi cuerpo.

Mientras metian el tubo sentia el lubricante del tubo, las ganas de vomitar me invadieron por lo que me acercaron un tazón por si vomitaba pues el lubricante del tubo mas un olor paecido al alcohol que usan para curar heridad se hacian demaciado presentes en mi olfato mismo que me causaba nauseas y un enorme reflejo de vomitar. Finalmente termino aquel sufrimiento, mas bien recien empezaba aquel sufrimiento interminable, mi madre estaba junto a mi después de hacer papeleo, era de noche pero la luz de la sala de emergencia no me dejaba dormir, ademas de aquel ardor en la garganta debido a aquel tubo que sacaba aquella sustancia de mi cuerpo y los pensamientos sobre lo mucho que extrañaba a Lucy en esos momentos, quería sus mimos, quería que me dijera que todo estaría bien.

No pude dormir en toda la noche, me quejaba constantemente con mi madre sobre el ardor en mi garganta, me quejaba constantemente de lo horrible que era estar en esa situación, en mi camilla había un letrero que decía "intento de suicidio", mi madre se sentía mal al ver aquella hoja de papel en la camilla donde estaba aquella persona que crio con tanto cariño. La mañana llego, la misma enfermera o doctora que me había puesto aquel tubo vino a quitarlo, ella me pidio que tomara aire y exhalara cuando me lo indicara, sin embargo, al momento de hacerlo sentí un increible ardor en mi nariz, era como si me quemaran y no pudiera hacer nada para detenerlo era algo por lo que no deseaba pasar nuveamente pues era algo sumamente doloroso creo que incluso era mas doloroso para mi familia que para mi en ese momento. Ese mismo día decidieron quitarme el suero pues estaba mucho mejor fisicamente, algunos medicos venían a hacerme preguntas sobre el como me sentía y porque razón había intentado suicidarme, incluso algunas enfermeras me veian con pena pues era bastante joven en ese momento.

Cuando llegue a aquella habitación en aislamiento me parecía bastante linda, pese a ser un hospital me sentía seguro y comodo relativamente en ese momento pues la cama poía ajustarse y tenía un baño propio, hasta ese momento no había podado tomar un baño cosa que no me hacía sentir del todo bien, finalmente no estaba pensando en Lucy sino en el ahora nuevo anuncio que tenia en la cama "depresión", aún no podían darme de alta pues debia ir con el psiquiatra de lo contrario no me dejarían ir. 

Llego el momento en el que pude darme un baño, se sentía relajante poder darme un baño después de todo lo que había sucedido en esos días aunque realmente no era tanto apenas habían pasado tres días, el psiquiatra de aquel hospital estaba de vacaciones por lo que tendría que ir al psiquiatra en otro hospital ligado al mismo, no iria solo pues una tía iria conmigo ya que mi madre debía irse a hacer papeleos, era algo que me generaba tranquilidad, el hecho d eno interferir en su vida tanto o en sus planes pues no quería causar mas molestias. Nuevamente no iria solo pues tendría que compartir ambulancia con una señora misma que no conocía.

Durante la estancia en el hospital me perdi de una festividad importante para mi, sin embargo, conocí a cierta policia en mi estancia de la habitación aislada, aquella oficial no sabía que estaba embarazada, continuo con su riguroso entrenamiento diario hasta que perdió al bebé, no sabría decir si ella estaba triste o no pues ella me mostro un lado calido y amable, me sentí algo agradecido pues me dijo que valorara más mi vida (no con esas palabras pero es lo que entendi en aquel momento de confusión). También conoci enfermeras que edtaban en practica al parecer, una de ellas hablo conmigo diciendome que la vida valia la pena y dijo que podía habalr con ella si estaba triste, otros enfermeros más sentían pena de levantarme a las 3 de la mañana para tomar mis signos vitales pero no me molestaba pues sentir que me cuidaban era una sensación enriquecedora.


I love you like an alcoholicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora