❝Bad Habit❞ 「SatoSugu」

Extra II

Invierno del 2010.

Los primeros días del invierno eran los peores a opinión de Satoru. Odiaba que el frío congelara la punta de su nariz, tener que asistir a la escuela con cuatro capas de ropa, que los copos de nieve le humedecieran el cuerpo y que producto del exceso de nieve en todas partes, su pelo del mismo color se camuflara con ella.

Odia el invierno.

Su temporada favorita siempre ha sido el verano, todo lo contrario a la terrible helada que azotaba la ciudad desde diciembre hasta febrero; al menos salían de vacaciones cuando comenzaban a caer las primeras gotitas de lluvia que sumirían el país completo en precipitaciones duraderas. Adoraba que el Sol le pegara en la cara, despertaba todos los días con energía, podía usar sus mejores atuendos y desabotonarse la camisa del colegio para atraer las miradas de todos; o eso pretendía, porque solo le interesaba que su mejor amigo mirara la piel que se asomaba por el cuello de su camisa.

Al contrario que el albino, Suguru era demasiado fan del frío. Le gustaba acurrucarse en su cama cuando la nieve comenzaba a cubrir los techos, comer los pasteles de té verde que hacía su madre y leer mientras escuchaba los chubascos chocar con su ventana. Era uno de los placeres que disfrutaba por estar vivo.

Para su buena suerte, había comenzado recién la mejor época del año y él, a tan solo sus dieciséis años no tenía más responsabilidades que cumplir rindiendo en el colegio, por lo que apenas salía de él corría a su casa a hacer nada durante todo el día, disfrutando por horas del exquisito clima que encantaba su corazón.

Los días cálidos ambos solían visitar el mar, juntarse a jugar videojuegos, recorrer festivales culturales, comprar mangas, libros y chucherías para comerlas mientras leían en compañía del otro. Aunque, Gojo era tan inquieto que tendía a distraerse fácilmente, levantarse de la cama y hacer de todo por gastar su energía, mientras Getou comía los libros que compraba, avanzando en su lectura tan rápido. A veces solía leerle en voz alta a su mejor amigo para intentar entretenerlo, sobre todo cuando Gojo había agotado todos sus recursos para divertirse.

Eran pasadas las cuatro de la tarde cuando abandonaron la escuela, Satoru vestía un enorme abrigo que su madre le había regalado por su cumpleaños hace un par de días, una bufanda que lo hacía lucir regordete y un gorro de lana que había tejido en el Club de Tejido (en el que, por cierto, duró un mes; ¡es que no servía para las manualidades!). Por su parte, Suguru llevaba unos guantes sin dedo, una bufanda larga y un chaleco de lana bastante adorable, con un estampado de dragón, el que había sido tejido por su abuela.

— Cómo detesto el invierno, maldita sea, todavía quedan tres meses más viviendo bajo esta nieve de mierda. — Satoru sacudió sus blancos cabellos, de ellos desprendieron restos de nieve que se acumularon en el camino de salida del instituto. Ah, ya quería llegar pronto a su casa y esconderse del mal tiempo.

— No sabes disfrutar de las maravillas de la vida, perdedor. — el pelinegro sacó la lengua y frotó sus manos para darse calor, a pesar de llevar guantes sus dedos estaban congelados, pero era tan amante del frío que no podía quejarse.

— ¿A eso le llamas maravillas de la vida? — Satoru preguntó con incredulidad y apuntó con el índice a unos compañeros de curso que al pasar por la vereda de la calle resbalaron, algunos cayéndose y otros logrando equilibrarse.

— No seas tonto, también puedes caerte cuando hace mucho calor, por lo idiota que te pone el Sol. — rodó los ojos y prefirió ignorar al tonto de Satoru, quien siempre creía tener la razón.