CAPITULO 22

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Kyojuro empezó a moverse, sintiendo un gran dolor de cabeza abriendo poco a poco los ojos se dió cuenta que está dentro una finca pero aún su mente le decía que había quedado en medio de una batalla por lo que se levanta de golpe.

—Giyuu!!! Los demonios!!— grita preocupado el alfa.

—Despertaste— suspira aliviado el pelinegro mencionado que se encuentra justo al lado de él en otra camilla.

—¿Q-que fue lo que pasó?— dice confundido el rubio.

—Se comportaron como todos unos psicópatas, nunca había sentido tanta lástima por un demonio!!! Par de enfermos!— exclama llegando Tengen.

–¿Eh?— ladea la cabeza confundido el alfa al igual que el ojiazul.

—¿De verdad no recuerdan nada? Salían chispas y rayos de ustedes agregándole sus caras de excitados— contesta Sabito  impactado recordando ese momento.

—¡¿nosotros que?!— hablan al mismo tiempo la pareja sorprendida y apenada.

—Tomioka no te muevas!!— lo regaña Sabito al ver que el azabache intenta levantarse completamente alterado.

—¿qué pasa Giyuu? Tranquilo— le dice confundido Rengoku haciendo señas para que se calmara.

—Mis niños! Mis cachorros!— aún intentando levantarse exclama Tomioka pero su amigo peliclaro lo detiene.

En ese momento entra el padre de Kyojuro con ambos gemelos en brazos que al ver a sus padres se alteran y lloran, claro que enfocándose más al omega.

—Los extrañaron mucho, deben de estar hambrientos, hice lo que pude para que comieran bien pero no hay como darles su respectiva leche— habla Shinjuro exhausto dándole las crías a su yerno.

—< Giyuu... ¿los logró sentir? Tiene un gran instinto>— sonrie satisfecho y feliz Kyojuro mucho más al ver la cara de su pareja que nuevamente se sintió feliz.

—Enfocate en tus crías y ¡tú! ¡KYOJURO! Te dije que tuvieras cuidado!! ¡¿Qué son esos rumores que estuviste entre rayos?!— empieza a regañar a su hijo el mayor.

—UPS! Problemas familiares, vámonos!— dice Uzui incomodo yéndose.

—S-si!!— se va igual asustado el pelo de melocotón por el padre de Kyojuro.

—No tengo idea...Giyuu y yo estábamos en medio de todo eso, estábamos peleando y de un momento a otro...y-yo sentí unirme con él...— intenta encontrar una explicación el pilar.

—¿unirse? ¿De qué rayos hablas? ¿Cómo es eso posible?— queda completamente confundido el ex-hashira.

—Juramos que nosotros no lo sabemos— responde Kyo igual de confundido.

—¡que dolor de cabeza! Buscaré a Senjuro— dice yéndose Shinjuro rascándose la nuca.

—Si! ... ¿cómo están los niños?— voltea el rubio a ver a su familia y se encuentra con la hermosa escena de sus hijos contentos y tranquilos tomando del pecho de Giyuu y este con una tierna sonrisa de felicidad y tranquilidad —< extrañabas a los cachorros mi amor... debió ser difícil estar lejos y los niños tan pequeños aún sin poder defenderse>— piensa el alfa.

—Están bien, ahora están bien —contesta feliz y sonriendo Tomioka.

El rubio feliz se levanta y se sienta al lado de su pareja observando a sus crías hasta que escucharon que volvieron a entrar más personas...

—Pilares...buenos días, quiero ofrecer mis disculpas— habla el gran maestro.

—P-patrón!!!—Kyojuro y Tomioka sorprendidos agachan su cabeza en modo de respeto sumando ese impacto a que el maestro jamás sale de su finca.

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