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¿Sabían que en boca en boca rondan palabras sobre el querer y amar?

Supuestamente, dicen que el querer y amar son cosas totalmente distintas, y en verdad que eso es bastante creíble.

La palabra "Amar" parece ser más fuerte y más significativa que le palabra "Querer" ¿No es eso cierto? Bueno, eso podría variar en diferentes casos y en cómo nosotros lo veamos ¿No creen?

Amar... ¿Qué es el amor? ¿El amor es más fuerte que el querer?

Amar es lealtad, es compromiso, es sacrificio, es un sentimiento tan vivo como una llama caliente que pronto se convierte en un incendio e invade todo tu ser, amar es inclinación hacia una persona que deseas que sea lo mejor del mundo. A el amor se le dedica todo tu tiempo, tus latidos, tus respiraciones, tus pensamientos, movimientos o cada más mínima cosa que hagas a ése ser tan preciado para tí.

Esa persona... Es como tu droga más valiosa, ¿No es así, Sanzu? Amas tanto a ese jodido loco psicópata que solamente te ve como un simple e inútil perrito fiel, que harías lo que sea por él si solamente se trataba de la más mínima gota que te ofrezca.

Hay personas que no entienden que el amor es una cosa totalmente distinta que el querer, pero ese tipo de amor no es nada común, nadie ama tanto a Manjiro como Sanzu lo hace, está tan jodidamente loco por él que siempre que está a disposición de él, ama poder ver a Manjiro de cualquier ángulo si así puede apreciar su lindo cuerpo.

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En el mismo encuentro sexual se encontraban, era un sábado alrededor de las 9:30. pm ¿Qué buena hora para follar, no?

Mikey de por sí había tenido un mal día, estresado, cansado y agotado, además que su dosis tampoco lo ayudó mucho para despejarse. No le quedaba de otra que follar tanto hasta que se le olvide todo.

En primera vez, había pensado en contactar a Kakucho, Kakucho también era uno de sus amantes con quien a veces se solía dar un pequeño revolcón, pero un punto... Negativo de ser cogido por el de cicatriz es que es más considerado y amable.

Sí, sí, sí, muy bonito y todo que te traten así en el sexo, pero Mikey desagrada eso, en múltiples ocasiones le dejó claro a Hitto que tenía que ser rudo si se iba a acostar con él, pero al parecer no captó las órdenes que le daban.

Pues claro que no iba a captar, no era un perrito fiel que andaba tras el culo de Mikey. Por otro lado tenemos a Sanzu, y sí que él sabía cómo tratar a su amo para que se sintiera bien ante las folladas que le daba. A Mikey no le gusta consentir mucho a su perro, eso hace que el animal se vuelva un desobediente y hay que tener un cierto nivel máximo de premios.

Las embestidas de Haruchiyo eran más fuertes, lograba alcanzar esos lugares en donde se sentían bien, demasiado bien; cada vez que Sanzu hallaba ese nivel, Manjiro no podía contener el correrse. Una, y otra, y otra, otra más, ¿cuántas veces piensa Sanzu seguir así? Manjiro se andaba volviendo loco, su visión era nublada y no podía pensar en nada más del placer grato que recibía, le encantaba.

Marcas rojas de dientes y chupetones habían en todo en ese cuerpo tan pulcro, parecían embusteros que se adueñaron de todo lo amado.

Sanzu seguía y Mikey no podía pensar en nada, su cuerpo estaba agotado y sudado al igual que el peli-rosa. Un beso los unió y Haruchiyo se corrió dentro de Manjiro, clavó sus uñas en su espalda y culminó el beso para soltar un último gemido hasta que la virilidad de Sanzu saliera de él.

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El de apariencia albina se encontraba en su cama con una bata de baño, con un cigarro en  una mano y un encendedor en la otra. Con una barrera de envases que parecían ser de medicamentos que rodeaban e invadían todo el espacio sobrante de donde estaba, algunos estaban en el suelo, habían algunas pastillas fuera de sus respectivos lugares y los ojos profundos de Mikey estaban rojizos.

Hace unos cuantos minutos se había levantado después de todo lo que había hecho, era de madrugada y no podía reconciliar el sueño que había perdido.

Los pensamientos de siempre habían llegado otra vez, pero esto ya no era solamente de su familia, amistades o algo relacionado. Era de alguien más... Draken.

Manjiro nunca amará, ni amó a nadie como amó a Ken, él era el único ser que en verdad apreciaba. Nunca había tenido el miedo de perder a alguien, pero Draken era una excepción de todo. No lo quería perder, no le importaba si se peleaban porque de alguna u otra manera Mikey iba a hacer lo que sea para recuperarlo; se podía molestar con él pero su corazón siempre tendría una debilidad por él.

¿Cómo fue que todo terminó así? Por la dura cabeza en la que se convirtió Manjiro después de apreciar tantos fallecimientos de sus familiares, amigos y conocidos; eso lo provocó a liberar toda oscuridad que se contenía y se transformó en el ser despreciable que es hoy en día, líder de Bonten y también actual amante secreto de Haruchiyo.

Aunque bueno... Sanzu es su amante.

Manjiro es el de las órdenes, es el líder, es el rey, el domador. En cambio Sanzu es la bestia que idolatra a su amo, obedeciendo cada cosa que se le ordene.

Hablando del perro, Manjiro sentía como si su cabeza fuese a explotar luego de una larga moche de consumir sus drogas favoritas. ¿Acaso era positivo llamar a su mascota tan temprano por la mañana? Probablemente.

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Dentro de una limusina atrapado por el tráfico y la invasión del escándalo que brindaban las bocinas de los vehículos que los rodeaban tanto a Sanzu como a el chófer. El Akashi dió unos leves toquecitos a una pared cristalina oscura que provocaban una división entre ellos.

— ¿Por qué nos tardamos tanto?— La pregunta era tonta, obviamente que se trataría por la acumulación de automóviles en la calle pero, eso no evitó que el otro hombre le respondiera luego de bajar la ventanilla. — No lo sé, señor.

Sanzu bufó de una forma obstinada, en manos cargaba una bolsa de papel café que el producto que contenían eran varios de los dulces favoritos de su rey. Había ido a comprarlos porque cada siempre que tenía la bendición de juntarse con su capricho, le daba uno antes y después de concederle sus drogas favoritas.

Era un infierno estar acorralado entre tantas bestias y encerrado en un lugar "pequeño" que no lo era tanto si nos ponemos a pensar bien.

Con su mano derecha presionó un botón que producía que la venta que tenía a su diestra descargarse permitiendo así visualizar todo lo posible. Haruchiyo no podía aguantar más, sabía que esa estancia en el mismo lugar iba para largo lo que realizó que tomase la decisión de bajarse del vehículo sin decir ni una sola palabra, obviamente llevándose la bolsa con las delicias acarameladas que estaban dentro de la misma.

Se introdució a una cafetería e incorporándose a una fila de individuos que estaban en el mostrador esperando a ser atendidos, tenía pensando en comprar un simple café pero algo hizo que se distrajese de lo que sea que pensara. Era una silueta de una persona en específica que estaba dentro del local también, justamente estaba siendo atendido por la cajera y no podía traspasar por su mente a la persona que estaba viendo.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2023 ⏰

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