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Podría comenzar de mil maneras, quería saber que podría alimentar las ganas de que alguien se interese en esta historia, admito que hubieron tantas cosas, pero decidí proponerme de que ésto, sería para mí.

Para que yo en un futuro pueda ver algún avance, pero lo que si quería era poder dejar mis huellas, para que alguien algún día pueda encontrarlas.

Para que vea en que pude mejorar y en qué no. Solo espero no decepcionar a nadie, solo voy a tratar de ser quien soy, por amor a ella.

Reflejar la vida en un cuaderno lleno de hojas puede ser insignificante para cualquiera, pero lo que esa persona no sabe es que el medicamento del dolor puede estar en ellos.

No todo se basa en dolor, algo se basa en sanar.

Dos notificaciones hicieron que mi celular vibrara en la mesa de la cocina. Dejé un balde por el camino para ir hasta él.

 —Te envié una poesía para que hagas una vídeo—. Dijo Eleanor asomando la cabeza por el corredor.

 —¿Vas a ir a trabajar hoy?—. Cuestioné.

 —Si.

Ahora había salido completamente del corredor, llevaba la ropa de trabajo. No tenía buena pinta su estado de ánimo. Estaba pasándola bastante mal ahí. Además, ella es encargada de salón solo que para cumplir con su trabajo los funcionarios deberían obedecer las cosas que pide, pero no lo hacen.

Estos últimos años después de su separación, ella emocionalmente tampoco estaba bien, y hace unos días atrás su cuerpo también empezó a deteriorarse. La dejamos en cama por unos días y Christian, su novio. Me ayudó a cuidarla.

Cuando llegó el Corona-virus a Uruguay  ella comenzó a preocuparse, en todos lo canales de televisión se informaba que era un virus casi mortal, el que estuviese mal físicamente o emocionalmente seguramente moriría.

A través de los celulares aparecían vídeos de China, de personas cayendo muertas en las calles y siendo enterradas todas juntas, sin una velación. Y si mi madre estaba preocupada yo debería estar serena. Yo debería apoyarla y eso mutuamente.

La saludé antes de que se fuera, y comencé con las actividades de la casa. Era temprano de la mañana así que puse a lavar ropa  luego me puse a hacer el vídeo que me pidió. Mi madre tiene una página de poesías en Facebook donde también hace vídeos. Es bastante popular tiene a más de cien mil seguidores. Y es identificada como #EB. Eleanor Blenob, sus iniciales.

Una mañana bastante productiva. Pero con muchas tareas del liceo pendientes. Por suerte me iba bien, estoy cuidando la prolijidad y mi forma de escribir con historia y idioma español, pero ya con inglés Christian me ha ayudado un montón, ya que ni el My full name is Adeline, me sale.

Un rato después de hacer algunas de las tareas, recibí una llamada perdida de mi madre. Me preocupé y le devolví la llamada, cuando iba en tercer tono alguien tocó la puerta y al escuchar claramente la voz de mi madre, la abrí al instante. Era ella y un compañero de trabajo, ella estaba casi o completamente dopada.

Como sabía que ella estaría media rarita para responder miré al que la traía,

 —¿Qué le pasó?—. Pregunté corriendo por un vaso de agua para mi madre.

 —Casi tiene un taquicardia en el baño, si no fuera por la ayuda de la gerenta quizás tu madre ya no estaría aquí. 

 Miré a Eleanor que estaba bastante mal y volví a devolverle la mirada al funcionario.

 —¿Qué le dieron?

—Una inyección, y tres pastillas. Una para la fiebre que puede aparecer luego y las otras dos para detener la aceleración del corazón—. Dijo respondiendo a mi pregunta. —Lo bueno sería que ella consiguiera otro certificado, para recuperarse un poco más, te ayudo a ponerla en la cama y me voy.

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⏰ Última actualización: Feb 02 ⏰

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