El joven cientifico olvido lo que alguna vez prometio gracias a las amenazas de la empresa donde trabaja ya que al confesar su amor hacia de su mismo sexo le provoque demasiados problemas hasta tal punto de la muerte misma, ademas que no estaba tan...
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Capitulo 1 | Amargo café después ¿dulce?
En todo el lugar se podía olfatear la buena calidad del café de este restaurante ese olor a caramelo y avellana, aparte de los gritos de los infantes que también están presentes además de algunos acompañantes que conversaban de temas variados en cada mesa, mientras que un joven mutante de traje pálido con apariencia de científico, quien disfrutaba de su taza de café que por alguna extraña razón lo sentía amargo y cruza sus piernas al gusto, visualiza a los demás ya que al menos la mayoría venían acompañados en cambio el. Solo lo ignoraban y eso le gustaba, no ser llamativo por solo dos horas. Es lo único que pedía.
Solo.
Por un lado le molestaba estar, sin embargo, se conoce cuales son las razones más obvias el porque debe estar y no enredarse con algún mutante o humano. Su trabajo de ser el famoso científico más joven de su generación y más avanzado que un humano normal. A cualquiera con solo verlo tendrían envidia por su iq, no obstante, era el único lugar donde no se sentía así y una camarera lo conocía, era la única que tomaba su única orden que diariamente pedía.
Solo una taza de café expreso y leche montada con vapor en forma de cremosidad con cacao en polvo encima.
Una notificación le llegó a su teléfono.
Con algo de molestia lo agarra y revisa la notificación, poniéndose de mal humor, termina de una su café sin poder degustar, deja la propina y el pago de la taza del café, para luego retirarse de su restaurante favorito. Su "querido jefe" lo necesitaba para algo urgente y lo necesitaba en un par de minutos, así que con su tabla magnética de última generación, por supuesto creada por él mismo y se dirigió a una entrada superior de aquel rascacielos.
Suspira.
Ve a sus demás compañeros correr deprisa de un lado a otro.
No eran buenas noticias.
Se dirige a su propio laboratorio, su lugar de trabajo donde se desconectaba de la realidad donde vivía y soportar a su ex, quien tenía uno de los puestos superiores en esa empresa, dando algunos ajustes a su último invento gracias a las máquinas de tecnología avanzada que él creó para poder restar el tiempo y respirar un par de minutos en ese único lugar donde puede estar a salvo.
Tocan la puerta.
Suspira una vez más. Ya sabia quien era, por el horario, la forma en que tocó la puerta simplemente no responde, nuevamente tocó la puerta.
— Adelante — es lo único que pronuncia. Sin despegar la vista de su invento.
Aquella pelirroja entra con su expresión seria e irritada, con su uniforme elegante, le entrega un paquete de papeles que tenía y los pone en el escritorio central del lugar.
— Explícame esto, donatello, porque.. — es interrumpida.
— sabes perfectamente, que no nací ayer, señorita Abril O'neil, con todo el respeto de esta empresa y su puesto de supervisora que gracias a usted esta empresa llegó a las nubes, a pesar de que yo entre a una edad que la mayoría lo toma imposible, sin embargo, mis inventos pasan por tres fases antes de la venta para el público — toma un respiro — por favor, investigue esto — se levanta y abre uno de sus cajones, se acerca donde estaba ella — toma — tira varias fotos en el mismo escritorio esparciéndose y mostrando cada amante que estuvo con ella. Cada diferente amante que tenía la fémina, se podía notar en esas fotos que estaban en lugares no permitidos para su puesto que tenían, además que se notaba la identificación de la señorita misma, en su expresión se nota que ni enterada esta.
