♡《 Capítulo 27》♡
Canciones del recuerdo.
Aedus pasó su mano por el muslo desnudo de su hermana, la piel era cremosa, suave al tacto y fijó su vista en la forma tan perpetua, tranquila en la que dormía. Como si fuese impenetrable y sus cuerpos desnudos eran cubiertos por las colchas de la habitación. Los pies de ambos estaban entrelazados como enredaderas y sus dedos recorrían parte de las entradas rubias.
Ella se removió inquieta, para dedicarle una sonrisa al ser, lo primero que encontró esa mañana. Los labios de ambos se juntaron en un agradable saludo mañanero. Cuando la luz apenas se metía por los bordes de la pesada cortina en una luz azulada.
Easton entró a la habitación horas después al no encontrar a su hermano en su habitación y las risas dentro de la recámara de su hermana le advirtieron lo que sucedía. Él entró suave y vio a su hermana esconderse un poco bajo las cobijas — Te estaba buscando —. Levantó el pantalón de Aedus y se lo lanzó —Deberían ser más silenciosos. Las sirvientas se darán cuenta.
—Ellas ya se han dado cuenta —Sonrió su hermano con picardía. —Pero no dirán nada porque somos quienes pagamos por su silencio. —Se colocó el pantalón sin molestarle que alguno viera su desnudez. Estiró los brazos para descongelar los músculos.
Easton se acercó a la rubia que de forma suave le besó los labios —Deberías acompañarnos. Te has vuelto gruñón—Le picó la nariz a su hermano.
El acuerdo entre los tres era no volver a sentir celos, ni del uno, ni del otro y cada uno vería como llevar su relación con Angela. Quererla entre los dos como fue en un principio, no era fácil. Posible, pero nada sencillo.
—Me he vuelto así porque Aedus trata de recuperar tres años de sequía.
—Gracias a eso me hago más joven—Su cuerpo fue visible para los dos —Entregame también tu juventud, Easton. Querido—lo tenía agarrado de la corbata, jaló un poco para besarlo.
—Bruja malvada —. Le dio un beso en el cuello que le causó un cosquilleo divertido — Soy todo tuyo, mi Diosa.
Aedus le dió a su hermana su camisón y ella de forma automática se lo colocó —Me encargaré de los niños. Hoy quería pasar el día con Darían y Daemon. Así que encarguense del par de pequeñas aspirantes a hechicería.
—No será ningún problema— Aedus le dio un último beso a su rubia, para irse con su hermano.
Angela puso a andar el pequeño trenecito de juguete por toda la habitación. Sonaba hasta la bocina y sus hijos estaban maravillados.
Sobre todo Darian. Le gustaba mucho ese tipo de locomotoras y también los avioncitos de madera. Daemon abrió el balcón y sonrió al ver un pajarito.
—Mami. Pio, pio. —lo señaló.
—Es un ruiseñor— dijo con una voz suave y escuchó su cantar sobre la cornisa. Los sentidos de Angela se agudizaron, los dedos se paralizaron suave y se tocó la cabeza confundida.
Un sonido agudo le atravesó el cráneo. Ya había escuchado a ese pájaro en el pasado, pero tenía en la punta un recuerdo bloqueado que le hizo doler la cabeza. Se desvaneció en el suelo con recuerdos brumosos aterrando el cuerpo que estaba rígido por la punzada.
—Mami— el niño se acercó para tocar el cabello rubio de su madre.
Lucrezia va hacia ella al notar su estado —¿Mi señora?
Las cosas empiezan a girar en su cabeza y ve una visión de sus hermanos en esa cama de colchas con piedras afiladas.
Hace mucho tiempo, un verdadero largo tiempo en el que estuvo casada con Gaspar regresa a su mente. La primera noche de bodas él dijo que ella no era virgen. Que su cuerpo ya había sido tomado y abre sus párpados tanto como le es posible.
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Limerencia
RomanceLa limerencia es el estado mental involuntario que resulta de una atracción romántica hacia alguien en el que se siente una necesidad obsesiva. La maldición de los Roldvalt, los condena a que todo amor profundo sufra una terrible muerte. Hasta que u...