II.

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Amor.

Nunca sabes en que momento llegas a querer a una persona, tal vez cuando flaqueas por escuchar su voz, o te sonrojas por solo verle.

¿Cuándo me enamore de Lan XiChen? Lo sé, a diferencia de muchas personas, lo sé.

El momento en el que mi corazón se detuvo, lo supe.

No fue hasta la campaña para derribar el sol, donde justamente él y yo terminamos escondidos en una cueva debido a la furiosa tormenta que se presentó después de atacar el campamento de los Wen en un pequeño pueblo rural. Donde él con esa sonrisa cálida me lavaba las heridas, cuando él estaba lleno de sangre y debía de atenderse primero.

Se que solo fue amable conmigo, se que siempre fue así con todos, que a todos les sonreía igual, entonces...¿Porqué me enamore de una sonrisa falsa?

Mientras más lo miraba, más lo comprendía, Lan XiChen siempre sonreía. Y era de esa misma forma con todos, todos excepto Jin GuangYao.

A él le sonreía diferente mientras sus ojos miraban esos dulces hoyuelos, esas gentiles facciones, todo mientras su rostro resplandecia de alegría.

Y me pregunte, ¿Porqué nunca me miras así? Segundos después de formular esa pregunta supe la obvia respuesta que me hizo reír por mi estupidez.

Jin GuangYao era mi contraria, brillante, sonriente, amable...perfecto.

Y me gustaba ver de lejos esa sonrisa en Lan XiChen pensando que sonreía por mi.

Pese a todo el daño que nos causó en los hechos pasados en el templo aquella noche. Nunca le tuve tanto odio, de hecho, jamás lo odiaría tanto, si no fuera porque me arrebato el corazón de un hombre que supe que jamás sería mío.

¿Puedo odiar a alguien por ser el amor de su vida? No.

En cambio solo me sentí patético al ser un ungüento en su corazón.

Fue cuando salió de su reclusión unos meses después, en una reunión entre varios líderes, que confundió la taza de té con la taza con alcohol. Voluntariamente me ofrecí a llevar a Lan XiChen a su habitación, él solo me pego contra la puerta y atacó mis labios.

Ingenuamente pensé que me estaba correspondiendo, valla idiota.

No dejaba de pronunciar su nombre, no dejaba de tocarme. Incluso cuando me entregue a él, evite llorar para que no parase.

Me conforme con las migajas de un amor que jamás fue para mí.

Me arrepiento de ser tan cobarde, de huir apenas saliera el sol mientras pensaba, que quizás él recordaría que fui yo quien estuvo esa noche.

Jamás lo hizo, y jamás le dije.

He escrito miles de poemas y quemado estos.

Jin GuangYao, es el nombre que tiene escrito en su mente y alma.

Lan XiChen es el nombre de mi martirio hecho amor.

No lo culpo por amarlo a él y no a mi, después de todo, ¿Quién me amaría a mi?

Nadie se ha quedado a mi lado.

Y detesto ese sentimiento, saber que jamás he hecho algo bien para recibir el amor que les tengo a quienes de verdad amo.

Soy tan miserable que me conforme con ser el remplazo de una noche de angustia.

Quizás en otra vida pueda tener su cariño solo para mí, sus sonrisas reales solo para mí, sus noches diciendo mi nombre.

Por ahora, me conformo con ver la luna a altas horas de la noche, esperando que mi muerte llegue para así renacer y estar a su lado.

Para ser amado.

Para ser feliz.

Mientras tanto me atormento viendo su sonrisa sin brillo, y recordando una noche hace muchos años, sintiendo su cariño.

Lan XiChen, ámame en otra vida, que el segundo pétalo de esta, cayó.













Yup, me mama actualizar de noche, gracias por leer~

El loto más hermoso de Yumeng.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora