El cambio llamado 66

Capitulo 1

«La Fuerza es lo que le da al Jedi su poder. Es un campo de energía creado por las cosas vivientes. Nos rodea, nos penetra; y mantiene unida a la galaxia.»

–Obi-Wan Kenobi

Los tiempos de guerra habían sido largos alrededor del borde exterior, no muchas noticias llegaban desde la capital pero la defensa de aquella luna suponía un paso importante que los separatistas no debían dar. La población actual de aquel cuerpo celeste no era mucho mayor que la presencia militar, aquel asentamiento de la república debía imponer presencia por sobre las demás locaciones adyacentes como "influencia" del bando a seguir, toda esta artimaña social era orquestada por un general Jedi designado para aquel sector, este además de tener aquella responsabilidad, también tenía dos jóvenes padawans a su cargo.

No pareces listo aún, Romu – El joven de cabello negro alzaba su sable de manera vertical para intentar encestar golpes sobre su adversario, apuntando sus partes vitales del cuerpo para obligarlo a defenderse.

Dame tiempo a calentar – El ralentizamiento de la mañana no duraba mucho sobre las acciones del castaño y comenzaba a chocar espadazos a mayor velocidad contra el otro joven, ambos ya parecían estar danzando por cómo sus ataques se sincronizaban.

El entrenamiento no debería comenzar a tan tempranas horas pero los muchachos tenían aquella energía jovial que no les permitía esperar hasta que el maestro de ambos se despertase y como normalmente sucedía, los estruendos que ambas hojas de luz se daban terminaban sacando de la cama al adulto. Este ya debería estar acostumbrado a aquella actitud que los dos tenían, llevaban un par años en aquella interesante locación y el trabajo de entrenarlos había caído completamente sobre sus hombros cuando el otro maestro decidió que su presencia era mayormente requerida en asuntos más importantes para la república y el consejo.

¿No les parece que un buen sueño los ayudaría a ser más eficientes en combate? – Comentaba el adulto de manera retórica mientras encendía su doble sable amarillo y cargaba contra los dos separando las armas de ambos, el entrenamiento real comenzaba ahora, el duo de verde y azul debía unirse en aquel momento para practicar el combate doble al que el maestro siempre había intentado guiarlos, solía decir que no era coincidencia que el mas joven hubiese sido dejado bajo su tutela cuando ya tenia un aprendiz a su cargo.

El combate se prolongaba ante la habilidad de combate que el maestro tenía sobre la forma II, deflactando los ataques de ambos con cierta facilidad que era envidiable, permitiéndole enfrentarse a uno de nosotros a la vez y repelerlo antes de que el otro pudiese atacar, de cierta manera volvía más difícil el hecho de que debíamos atacar de manera simultánea.

Así nunca ganaremos un duelo, Merc se contiene – El más alto de los dos tenía un estilo de pelea más parecido al del maestro y le podía seguir el ritmo mayor tiempo en el uno contra uno hasta que se veía empujado hacia atrás, cambiando lugares con su compañero y observando los movimientos de este, completamente distintos a los que debía ejecutar.

No lo hago, solo tengo cuidado de no perder ningún brazo – Al momento de cruzar espadas con el maestro su estilo de pelea cambiaba, a comparación de como se había enfrentado a su compañero, ahora tomaba un rol más defensivo ante los ataques veloces de tonalidad amarilla, haciéndose hacia atrás por su propia cuenta para que ambos pudieran avanzar en dualidad, atacando de manera simultánea, lo que el maestro realmente buscaba que hicieran.

El rostro del maestro parecía iluminarse de emoción cuando ambos cargamos contra él, cada uno empujando un lado de su doble sable para que esta vez él fuese quien retrocediera y estuviera acorralado contra la puerta de aquella sala de entrenamiento. Aquella victoria no duraría mucho ya que una sensación de frío llenaría la habitación, como si el mismo universo estuviese sufriendo y se lo comunicara a todos a través de la fuerza en forma de sonidos y susurros, aquel mensaje no era algo fácil de descifrar para nosotros pero si sentimos el peligro en aquellos momentos.